EDITORIAL
Reynosa, Tamaulipas. Para las bandas del crimen organizado y en general, para toda la delincuencia, saber que una persona obtiene ganancias millonarias es como poner miel al alcance de las moscas.
Los señalamientos que desde el poder se hacen a la aspirante a la Presidencia de la República, Xóchitl Gálvez, la ponen en la mira de los violentos.
Recientemente, en una “Mañanera”, AMLO, con datos que le filtraron de la Secretaría de Hacienda, dijo que en 9 años la empresa de Gálvez había obtenido ganancias por casi 1,500 millones de pesos, haciendo énfasis en lo “exitosa” que es la citada empresa y en los contratos que ésta ha tenido con distintas entidades de gobierno.
A como se está viendo todo, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador no podrá soportar la tentación de instaurar una dictadura, muy similar a la que en su momento detentaron Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez y más recientemente, Carlos Salinas de Gortari.
Y los resultados todos lo vimos: En 1968 estalló la violencia estudiantil y derivó en la Masacre de Tlaltelolco.
El 23 de marzo de 1994, en Lomas Taurinas, Luis Donaldo Colosio fue liquidado, pues no tenía la mínima intención de ser un pelele de Salinas, quien buscaba constituirse en Jefe Máximo.
Hoy, Xóchitl Gálvez se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para López Obrador, quien no ha soportado la tentación de caer en los mismos vicios que tanto criticó él mismo del PRI y el PAN, a saber, el uso de todo el aparato de gobierno para tratar de frenar las aspiraciones de un candidato opositor.
Hasta ahora, a López Obrador le había funcionado la fórmula de inflar primero a sus enemigos y después buscarle cualquier tema de corrupción para reventarlos.
Gerardo Noroña, una de las “corcholatas” del Presidente, dijo recientemente en un video en sus redes sociales: “El Presidente demostró una vez más su genialidad; Xóchitl Gálvez cayó en su trampa”.
Y como tramposo que es, utiliza toda la estructura de gobierno para irse contra sus enemigos.
Pero no. Se nota que en verdad AMLO está super encabronado.
De aquí en adelante hay que temer por la vida de Xóchitl Gálvez.
La fiera está herida, pero es cuando resulta más peligrosa.