Por Jerry Zu
Reynosa, Tamaulipas. Por primera vez en casi año y medio, el bullicio y las aglomeraciones volvieron a los mercados populares de esta fronteriza ciudad.
Este fin de semana, desde temprana hora, ciudadanos de todos los estratos socioeconómicos se dieron cita en el populoso tianguis “Los Rieles”, ubicado al oriente de la ciudad.
Niños, mujeres, hombres y adultos mayores se dieron cita para comprar a precios módicos desde ropa usada, zapatos, aparatos eléctricos, juguetes de medio uso hasta equipo de cómputo, sin pasar por alto la degustación de antojitos como tortas, tacos, hamburguesas, tamales y frutas frescas.
Mientras una señora de mediana edad voceaba su producto para matar cucarachas, un hombre en motocicleta ofrecía tacos de canasta mediante un altavoz.
En un puesto de ropa usada, dos señoras encopetadas mirujeaban algunas prendas, sin decidirse a comprar.
En la mayoría de los establecimientos semifijos del mercado popular se exhibe la leyenda “Obligatorio el uso de cubrebosas”, escrita con plumón de color negro en papel fluorescente, para que se vea bien.
Desde el pasado viernes la Secretaría de Salud decretó que Reynosa está en Semáforo Epidemiológico Naranja, donde, se supone, las estrictas medidas de prevención se relajan un poco.
En las últimas dos semanas, los índices de contagio por COVID-19 en este Municipio han sido consistentemente bajos, en comparación con la “cresta” de la “tercera ola”, cuyo ascenso inició en el mes de julio, con las vacaciones de verano y ahora apenas empieza a declinar.
Similar comportamiento tuvo la pandemia el año próximo pasado. Para las autoridades de salud, a mayor movilidad humana, más elevado es la tasa de contagios.
En invierno, cuando la movilidad está al mínimo, se reduce la transmisión del virus y la hospitalización baja.
Por lo pronto, los mercados populares reflejan el grado de relajación social, donde aún existe el riesgo de rebrotes, puesto que se observan muchas personas sin cubrebocas o mal colocados.