Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. Se acerca la temporada de Halloween y Día de Muertos, y los propietarios de la Tapicería JR, ubicada en la avenida Bella Vista de la colonia Casabella sacaron las más escalofriantes criaturas para su venta al público.
Zombies, brujas, payasos asesinos, momias, lloronas, hombres lobo y personajes de películas de terror se exhiben en un improvisado museo al aire libre.
Son figuras construidas con desechos. Se aprovechan elementos metálicos, sillones viejos, vestimentas y hasta ataúdes rescatados de algún cementerio para crear escenas y seres de lo más terrorífico.
Y por ejemplo, el muerto que sale del ataúd (con la caja incluida) tiene un precio de 5 mil pesos, el personaje sentado sobre el sillón, 2,700 pesos, la mujer que sale de la tumba, 2,800, la payasita asesina 1,700 y el resto de las figuras fluctúan entre 1,500 y 2,000 pesos, de acuerdo con su tamaño y elaboración.
La celebración del Halloween, aunque representa una costumbre anglosajona, fue adoptada por los habitantes de la frontera norte de México desde hace varias décadas.
Cada última noche de octubre salen a la calle miles de niños vestidos como monstruos, vampiros y momias para pedir “dulces” en los negocios y casas particulares.
En Estados Unidos llegan a cada lugar con la frase: “Treat or trick” (dulces o travesura), mientras que en México la turba de “monstruos” avanzan al grito de: “¡Halloween, Halloween, Halloween!”
En los siguientes dos días se celebra la tradición popular mexicana del Día de los Fieles Difuntos y Día de los Difuntos Pequeños, donde los deudos acuden a los panteones a recordar a sus familiares fallecidos, se colocan altares de muertos y se les recuerda con alguna ceremonia.