Cara de diablo vs un tambo de 200 litros ve lo que paso al final – YouTube
Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. Fue noticia nacional. La muerte de un sujeto al que un cohetón de los llamados “Cara de Diablo” le voló la cabeza, atrajo la atención nacional.
Cada año los productores de pirotecnia se superan y ahora en las calles hay artilugios de calidad militar que se venden sin restricciones, y lo que es más delicado, sin control por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional.
De acuerdo con la Ley de Armas de Fuego y Explosivos, tales artefactos están prohibidos.
Casi en cada esquina de la ciudad se vendieron todo tipo de cuetes y petardos.
Un día antes de la tragedia que ocurrió en Reynosa, el 29 de diciembre, el periódico digital Tiempo de Chihuahua, publicó una nota con el encabezado: “Prohíben la venta en México del cohete “Cara de Diablo”.
Señalaba ese medio de comunicación que durante estas fechas decembrinas se ha visto un cohete muy particular llamado “Cara del Diablo”, cuya peligrosidad ha preocupado a las autoridades mexicanas.
“Tras esto las autoridades informaron que ya fue prohibida la venta de este mismo debido a su gran peligrosidad y el gran daño que puede provocar a las personas que busquen manipular este mismo”,-señala.
Y parece que fue profético. Esa noche, un hombre colocó uno de esos cuetes en el interior de un tubo de cartón a modo de bazuca. Tras aplicarle fuego a la mecha, y al ver que no pasaba nada, el infeliz se asomó al tubo y sobrevino la explosión, volándole la mitad de la cabeza y esparciendo los sesos a varios metros de distancia.
La Dirección de Protección Civil de Chihuahua, según la publicación digital, realizó una prueba para conocer la potencia del “Cara del Diablo”, en un intento por mostrar a la población de sus posibles efectos.
Se grabó la explosión en un video y se puso de manifiesto que el estallido “es capaz de causar discapacidad auditiva permanente”.
Pero no solo eso. Al menos en este momento ya se sabe que la pirotecnica de calidad militar, como esta y otras que se vendieron durante las celebraciones de Navidad y Fin de Año, representan un riesgo mortal.