Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Trabajo infantil no cesa

COMPARTIR

Por Jerry Zu


Reynosa, Tamaulipas. Apenas se celebró el Día del Trabajo pero nadie se acordó de los niños trabajadores.

El trabajo infantil, prohibido en la Constitución, pero muy común en la práctica, representa un ingreso extra para miles de familias mexicanas.

Aquí lo vemos todos los días. En los principales cruceros de la ciudad, niños y niñas malabaristas parados en precario equilibrio sobre los hombros de su padre, o pequeños limpiaparabrisas que se exponen a sufrir algún accidente vial.

En vez de estar en la escuela, tomando clases de Matemáticas, Español y Ciencias Sociales, luchan por ganarse un peso más en cada acto, en cada esfuerzo por dejar los vidrios de los vehículos bien limpiecitos.

El trabajo infantil suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico-indica la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El organismo admite que no todas las tareas realizadas por los niños deben clasificarse como trabajo infantil que se ha de eliminar y pone por ejemplo la participación de los niños o adolescentes en trabajos que no atentan contra su salud y su desarrollo personal, y que no interfieren con su escolarización.

Los niños que trabajan en las calles provienen principalmente de familias con un alto grado de marginación y escaso nivel educativo.

Muchos de los que se pueden ver en Reynosa son de diversas etnias venidas del sur del país en busca de una mejor oportunidad de vida.

Sin embargo, lo que encuentran aquí es más miseria y la posibilidad de mejorar sus condiciones es prácticamente nula.