Por Chano Rangel
PAYASOS
Por Juan Arvizu
Ante la falta de otro tipo de espectáculos de corte popular, es decir de precio económico, la llegada de cualquier circo a Reynosa era motivo de fiesta para los pequeños y en buena medida también para los padres.
Con bombo y platillo, y desfile de por medio, se anunció el arribo de un prestigiado circo que se instalaría frente a la central camionera.
Durante el desfile, los profesionales del trapecio y los payasos, hicieron entrega de boletos de promoción a quienes encontraron a su paso: Por cada adulto con boleto pagado entraba un niño “gratis”.
El viernes por la noche el circo dio su primera función con lleno total y los asistentes salieron del espectáculo gratamente complacidos.
Lo malo fue que al día siguiente en la primera plana de los diarios apareció la noticia de que un niño había desaparecido al salir del circo y las autoridades lo buscaban afanosamente.
Tal noticia alarmó mucho a los padres de familia, pero la función tiene que seguir y así, el circo continuó ofreciendo su espectáculo diariamente.
Al cuarto día del arribo del circo apareció un niño muerto en el Río Bravo. Las hipótesis y los rumores comenzaron a surgir y no se sabe quién, afirmó que el culpable de la desaparición de los niños seguramente era alguno de los payasos del circo.
El rumor se extendió rápidamente y muchos padres de familia muy enojados acudieron esa noche a la carpa para exigir una explicación.
El gerente del lugar los atendió de forma inmediata y les explicó que solamente se trataba de rumores y que el circo estaba colaborando con las autoridades.
La muchedumbre no quedo convencida con la explicación y exigió habar con los payasos en forma directa, quienes apenas se estaban preparando para la primera función de la noche.
Como el gerente dijo que ver a los payasos no sería posible porque tenían una función que ofrecer, los padres de familia se enardecieron y a empellones lo obligaron a caminar.
El gerente para salvar su pellejo los condujo hasta donde estaban dos payasos que esa noche estaban programados para entretener al público.
Inmediatamente surgieron los reclamos y mentadas de madre. Los payasos simplemente no entendían porque los culpaban de lo sucedido a los niños.
La discusión siguió por varios minutos y entonces la muchedumbre comenzó a golpear a los payasos, quienes poco pudieron hacer para contener a la turba.
La superioridad numérica se impuso fácilmente por lo que el par de payasos termino en el suelo con golpes hasta por debajo de las pestañas.
En esos momentos hizo su arribo la policía preventiva, la cual fue convocada por personal del mismo circo, pues sabían que la cosa se estaba poniendo fea.
Los preventivos como pudieron ayudaron a los payasos, repartiendo alguno que otro macanazo, pero cuando lograron reestablecer el orden, las victimas ya se encontraban bastante golpeadas.
Como sucede en este tipo de linchamientos, a la hora de la hora nadie fue, y todos los involucrados huyeron rápidamente del circo.
Los heridos fueron trasladados al Hospital Civil donde fueron diagnosticados con politraumatismo, es decir golpes múltiples. Por la madrugada el payaso de mayor edad falleció, mientras que el otro recibía toda la atención posible pues también su vida estaba en riesgo.
Las autoridades iniciaron las investigaciones del homicidio del payaso, pero sin muchas ganas, pues de antemano sabían que las posibilidades de dar con los responsables eran muy bajas, como efectivamente sucedió.
Quien sabe porque, pero las noticias sobre los niños y el linchamiento provocaron que las siguientes funciones en el circo estuvieran repletas de espectadores.
Cuando salía algún payaso como parte de la función, el público inmediatamente lo abucheaba, pero en pocos minutos ya lo estaban aplaudiendo. El truco de colocar a empleados del circo entre el público para echarle porras al payaso sí que funcionaba.
El resto de la temporada fue un éxito rotundo para el circo y por ello las funciones se extendieron dos semanas más de lo programado.
Después el espectáculo se despidió de Reynosa para seguir su gira por otras ciudades de la región.
Semana tras semana el chismorreo sobre lo acontecido a los niños fue quedando en segundo plano y algunos meses después, ya no se hablaba del tema hasta que ocurrieron dos hechos que dejaron en claro lo que en realidad ocurrió.
El niño desaparecido fue localizado en Ciudad Victoria, Tamaulipas. Estaba con su madre biológica, la cual se había separado del padre algunos años atrás y tenía tiempo tratando de recuperar al menor. El día de la función aprovechó la oportunidad y se lo llevo.
Fue precisamente el progenitor quien informó sobre la pista que finalmente condujo a la solución del caso, pero durante meses la policía no le prestó atención al señor, catalogando también como probable sospechoso.
En cuanto a la muerte del segundo niño, sus compañeros de clases finalmente confesaron que el día de los hechos no fueron a su escuela, la Primaria Josefa Ortiz de Domínguez, porque planearon escaparse para ir a bañarse al Río Bravo. El niño murió ahogado y se trató simplemente de un accidente.
Todos los menores coincidieron en que les dio miedo informar a las autoridades escolares y a sus padres, por eso guardaron silencio durante meses.