Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. La falta de oportunidades, los gobiernos corruptos y la violencia son factores que obligan a los migrantes a partir en busca de mejores oportunidades.
Algunos de ellos son profesionistas, muchos de ellos, talentosos.
Tal es el caso de Rodrigo Estrada Oliva, un ingeniero agropecuario de origen hondureño que tuvo que salir de su país después que la empresa empacadora de ocra quebró durante la pandemia.
Aparte de ejercer su profesión durante varios años como supervisor de calidad, Rodrigo desarrolló la habilidad para hacer muebles a partir de madera reciclada.
En su natal Honduras, elaboraba sillas, puertas, libreros y algo que puede considerarse una innovación: Una cama que puede pasar de ser individual a matrimonial y hasta king size, porque cuenta con un mecanismo que le permite ampliarse.
«Esto surge a medida de que yo me quedo sin empleo, entonces, tenía algunas ideas de cómo construir cosas elaboradas de reciclaje, de palets o tarimas, como les llaman por acá. De todos estos desperdicios sacaba algo: Cortineros, camas, reposapiés, figuras, pajareras, a pedido. A medida que las personas veían mi trabajo decían: ¿Puede hacer esto? Y yo les decía que sí»-narra a este medio de comunicación.
Al principio solo era un hobby, pero al quedar sin empleo se convirtió en un medio de subsistencia, hasta que decidió buscar una mejor alternativa para poder solventar sus deudas con el banco, que seguían creciendo.
Se vino a México, en busca de poder obtener la visa humanitaria en Estados Unidos y aquí permanece, en el albergue para migrantes Senda de Vida I, donde ha podido poner en práctica esa habilidad construyendo algunas puertas para las casas, sillas y bancos para los niños que tienen clases sabatinas porque, dice, se tiene que devolver algo de lo que recibimos con cariño.
«Era un reto para mí porque no tenía ningún conocimiento como carpintero, pero el ingenio, la necesidad hacían que hiciera cosas y la gente muy satisfecha con la que yo hacía»-recalca.
Tal vez lo que sobresale de su trabajo como carpintero autodidacta es la construcción de una cama adaptable.
Normalmente en las mueblerías se venden las bases para colchones individuales, matrimoniales, queen y king size, pero Rodrigo encontró un mecanismo para que con un solo mueble se puedan tener diferentes tamaños.
«La cama me la pidió una clienta que tenía un cuarto donde la puerta era muy pequeña, entonces, la cama se ideó de manera que se pudiera hacer más pequeña, que quedara como cama matrimonial, como queen y king. Se puede ampliar a como se necesite»-comenta.
Sin tener una patente que respalde su diseño, este migrante de 41 años de edad podría obtener buenos dividendos si hay una empresa que se interese en fabricar camas expandibles o con la venta de muebles construidos con bricolaje.
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