La bicicleta
Por Juan Arvizu
El niño abrió los ojos en forma desmesurada pues no lo podía creer. Finalmente, su sueño se había hecho realidad. Frente a él tenía la bicicleta más bonita del mundo
Sí, si, era una bicicleta usada y de color morado, pero era una BICICLETA de verdad.
Su padre, en forma parca como era su costumbre, le confirmo que la bicicleta la había comprado para él.
A partir de ese momento y durante los próximos días el niño no se separó de la bicicleta y hasta los mandados del hogar los hacía con alegría.
Presumió su regalo por todo el barrio y finalmente pudo pasear junto con sus amigos que lo medio discriminaban porque era el único que no poseía ese medio de transporte.
Bueno, en realidad no era el único discriminado del grupo, pues también la pandilla le hacia el feo al bizco...