Va de Cuento
Por Juan Arvizu
MOISÉS, EL PIERO, EL MOI
De mi temprana infancia conservo pocos recuerdos debido a que mi memoria no se caracteriza por ser muy aguda y porque, además, el paso de los años ha difuminado muchos de ellos.
Sin embargo, los dos recuerdos más vívidos que conservo son de cuando tenía más o menos cinco o seis años de edad y me di una tremenda quemada con agua hirviendo.
El segundo recuerdo es de un niño que lloraba día y noche y que una calurosa tarde se calló por completo y para siempre.
La quemadura que sufrí abarco una parte pequeña de la garganta y todo el estómago. Milagrosamente no conservo ninguna cicatriz de ese accidente. El tiempo lo borró todo pese a lo aparatoso y dolorosísimo que resulto para mi este percance, el primero de los muchos que tendría a lo lar...