Editorial
Reynosa, Tamaulipas. Sin pena ni gloria transcurrió la efímera visita a Reynosa del desaforado gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca.
Vino a inaugurar algunas calles y a hacer presencia política. Dicen los que estuvieron en alguno de sus actos, que traía más guaruras que la gente que logró juntar.
Hace tres años todo era diferente. En cada gira que hacía el mandatario se juntaban cientos de personas y una nube de periodistas que buscaban obtener el mejor ángulo y el mejor audio, cosa que era sumamente difícil, porque, capa tras capa, el brazo no alcanzaba para acercar la grabadora.
A partir del cuarto año, empezó a dejar de pagar los contratos con la prensa estatal, y poco a poco los periodistas se fueron alejando de los eventos.
Actualmente, si alguno va, es para cobrarle lo que les debe. Ya no se paran por ahí Francisco García Juárez, el Coordinador de Comunicación Social, y Francisco Aragonés, Coordinador Regional de la Zona Norte del mismo departamento, prefiere ver de lejecitos.
Cabe señalar que la partida presupuestal etiquetada para el pago de medios de comunicación se fue en pagar a los medios nacionales, cuando Cabeza de Vaca pretendió llegar a ser candidato del PAN a la Presidencia de la República, y en pagar a decenas de portales noticiosos fantasmas.
A los periodistas, dueños de portales legítimos, directores de periódicos impresos, de estaciones de radio y programas de televisión, legalmente inscritos en la lista de proveedores de servicios de difusión del Gobierno del Estado, se les deben millones de pesos que ya no podrán cobrar, porque al actual gobierno le quedan 105 días de vida.
Como decía Cabeza de Vaca en su campaña política, refiriéndose a Egidio Torre Cantú y el resto de los priístas que estaban en el Gobierno del Estado: “¡De que se van, se van!¡De que se van, se van!”