EDITORIAL
Reynosa, Tamaulipas. A quince días de dejar el poder, el gobernador desaforado Cabeza de Vaca se resiste a soltar el poder.
Sabedor de que a partir del primer minuto de octubre ya no contará con el blindaje que le regaló la entonces mayoría panista en el Congreso del Estado, manejada por él mismo, se apresta a poner pies en polvorosa antes de que le caiga la quebradora.
Posiblemente se vaya a su país, Estados Unidos, donde se sabe que también cuenta con averiguaciones. Aunque allá son más prácticos: Basta con que le quiten todo el dinero mal habido para que se den por satisfechos y lo dejen tranquilo.
Las pruebas de las operaciones ilícitas las tiene el FBI, que no la DEA, donde presume de tener buenos amigos.
En rueda de prensa que dio la bancada de MORENA en el Congreso, se acusa al aún gobernador de obstaculizar el proceso de entrega-recepción.
En una entrevista reciente, durante la inauguración de la Ciudad Judicial aquí, en Reynosa, Cabeza de Vaca se defendía como gato boca arriba al señalar que los de MORENA no conocen la ley y que están confundiendo temas partidistas con administrativos.
De cualquier forma, el Grupo Parlamentario de MORENA ya está listo para recuperar la mayoría en el Congreso, y con ello, la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), el principal órgano de gobierno del Poder Legislativo.
En las últimas semanas, la Suprema Corte de Justicia de la Nación desechó por infundadas las controversias constitucionales promovidas por el PAN-Gobernador y solo queda por conocer la conclusión, que deberá ser en el mismo sentido, es decir, confirmar el triunfo de Américo Villarreal Anaya y su inminente toma de posesión del Gobierno de Tamaulipas.
Cabeza de Vaca y cómplices mantienen puestas todas sus esperanzas en lo que ellos llaman “la prueba madre”, donde intentan demostrar que el crimen organizado participó en las elecciones a favor de MORENA.
Misma situación de la cual se le acusaba en el 2015, cuando ganó la elección gracias al apoyo financiero de los Hermanos Carmona, los casineros de Monterrey y de la Columna Armada “Pedro J. Méndez”, a la cual persigue con gran encono en la actualidad.
Quince días faltan para que termine uno de los gobiernos estatales más corruptos y corruptores, si nos atenemos a la descripción de la bancada de MORENA.
Y como los ratones saltando del barco a punto de hundirse, algunos personajes fuertemente ligados al cabecismo, como Horacio Ortiz Renán, hasta ayer Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, empiezan a saltar al agua.
Primero, fueron las diputadas “chapulinas” que regresaron al redil; después Horacio Ortiz Renán que renunció a las 5 para las 10, ¿y después?