Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Se queja Proceso por distribución ilegal de su contenido

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EDITORIAL


Reynosa, Tamaulipas. Proceso, la revista de circulación nacional que fundaron Julio Scherer García, Miguel Ángel Granados Chapa, Vicente Leñero y Armando Ponce, se queja de la distribución ilegal de su contenido mediante los mensajes en redes sociales y WhatsApp.

Proceso fue fundada el 6 de noviembre de 1976, luego de la salida de Scherer del periódico Excélsior por presiones del entonces Presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez.

Desde sus inicios, la revista tomó una postura crítica hacia el poder, con un periodismo de investigación agudo.

No es un secreto que, desde hace décadas, Proceso se convirtió en un medio de comunicación militante, es decir, de apoyo hacia una tendencia de izquierda, que se vio reflejado en la prolongada campaña de Andrés Manuel López Obrador en busca de la presidencia del país, hasta que en el 2018 logró su cometido.

Tan es así, que después de fallecido Julio Scherer, y ya con el nuevo gobierno, uno de sus hijos, Julio Scherer Ibarra, fue incluido en la nómina.

Más adelante hubo rispideces con la revista, ya que ésta siguió con sus críticas al actual gobierno, lo que molestó de sobremanera a López Obrador al considerarlo como la traición de un aliado.

El columnista José Martínez M., en una colaboración que publicó el 19 de mayo de 2021 llamada: “El Hijo Incómodo de Scherer”, apunta lo siguiente: “Julio Scherer García-uno de los periodistas más importantes del siglo XX- tampoco fue una blanca paloma. En todos sus libros dejó constancia de su relación con los hombres del poder. Scherer fue un hombre del sistema. Recibía regalos-muchos de ellos costoso- y canonjías de conspicuos personajes, tanto de la política como de las élites empresariales. Quizá de ahí nació la ambición por el poder y el dinero del junior Scherer Ibarra”.

LA QUEJA

Hoy, Proceso se queja por la distribución ilegal de su contenido mediante las redes sociales.

En un desplegado que se publicó en su última edición expresa sin modestia lo siguiente:

“A partir de 1976, Proceso ha suido un parteaguas en la historia del periodismo y de la libertad de prensa en el país. Desde sus páginas, con la guía de sus fundadores, ha informado a la sociedad sobre los actos de poder que afectan la vida pública.

Durante 45 años la venta de nuestros ejemplares en todo el país ha sostenido el periodismo que realizamos. Es gracias a nuestros lectores que hemos sorteado el castigo que gobiernos de todo signo nos han impuesto al marginarnos durante años de la publicidad oficial.

Hoy la difusión ilegal de nuestras ediciones impresas-a través del también ilegal PDF que circula en publicaciones de mensajería y plataformas electrónicas- tiene un impacto severo en nuestros ingresos, agravado por la crisis que sacude a la industria editorial.

El periodismo independiente que realizamos día a día y semana a semana, sin interrupciones, está severamente afectado por esa circulación ilegal de nuestro semanario.

Cada vez que alguien envía nuestro contenido impreso por WhatsApp, correo electrónico o a través de las redes sociales, pone en riesgo los empleos de nuestros reporteros, redactores, fotógrafos, editores, diseñadores, programadores y trabajadores del área administrativa… pone en riesgo, en suma, la subsistencia de un medio de comunicación fundamental para la República.

Sabemos que nos leen y que la repercusión de nuestra tarea sigue vigente. La normalización de la distribución y el consumo ilegal de Proceso nos ha dañado enormemente. Conminamos a nuestras y nuestros queridos lectores a suspender esta práctica y, en la medida de sus posibilidades económicas, contribuir para que podamos seguir adelante con nuestro compromiso informativo”.

En estos días, con las nuevas herramientas informáticas, es posible bloquear este tipo de distribución ilegal de contenido, sin embargo, la circulación en las redes sociales de esta y otras publicaciones sigue adelante.