Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. Hoy, desde temprana hora, cuadrillas de Servicios Primarios del Municipio procedieron a limpiar completamente la Plaza de la República, luego que los migrantes se trasladaron hacia el albergue Senda de Vida, donde se les apoya para tramitar su solicitud de asilo en los Estados Unidos.
Ayer, el Presidente Municipal Carlos Peña Ortiz, hacía mención que la reubicación de los migrantes que estaban en ese jardín público se haría durante el mes de mayo, al derogar el Gobierno norteamericano el Título 42, que permitía la expulsión de migrantes extranjeros sin esperar a que tramitaran el asilo político.
Se supone que en el transcurso de la noche los más de mil migrantes que aún estaban en la plaza se trasladaron hacia Senda de Vida para tomar turno y agilizar sus trámites, lo que permitió la entrada de las máquinas y personal del Municipio.
Las carpas de tela fueron desmontadas y subidas a camiones de basura y contenedores.
Un migrante, teléfono en mano, se acercó a preguntar qué había pasado con sus carpas, pero era evidente que el Municipio había decidido recuperar esa plaza para los habitantes de Reynosa.
Apoyados por elementos de la Guardia Nacional, los trabajadores de Servicios Primarios se dedicaron a limpiar con “sopladores” toda la basura que había en los jardines.
La presencia de los migrantes en ese lugar, que en un momento llegaron a sobrepasar los 3 mil, provocó daños en las instalaciones.
Un arbotante caído, el kiosco lleno de cuerdas y con algunos herrajes rotos, las instalaciones eléctricas con multitud de cables de tomacorriente, los encinos sin ramas…
Mientras tanto, esta mañana en el albergue Senda de Vida y en el nuevo recinto habilitado por el municipio, la cantidad de migrantes salvadoreños, hondureños, guatemaltecos y haitianos era impresionante.
A POCO MÁS DE UN AÑO
La reubicación o desalojo de migrantes ocurrió a un año y poco más de un mes de que un grupo de migrantes centroamericanos se instalaron en la Plaza de la República en espera del asilo en Estados Unidos.
Primero fueron algunas carpas y casuchas de madera y cartón. Pronto empezaron a llegar más y más, hasta que aquello se convirtió en un hacinamiento insalubre y promiscuo.
Se hablaba de la presencia de sujetos infiltrados por la delincuencia organizada y de los “maras”, así como de violaciones a niñas, prostitución y trata de personas.
Doris Cantú, empresaria y política, mencionó que se daban casos de migrantes centroamericanos que a su paso por las comunidades más pobres de Chiapas y Oaxaca, compraban niñas y se las traían a la frontera, donde las ofrecían como objetos sexuales.
Durante su estancia en ese lugar, los miles de centroamericanos estuvieron expuestos a las duras condiciones del clima norteño, como el frío intenso y el agobiante calor.
Protección Civil y Bomberos tuvo que quitarles tanques de gas, parrillas y estufas por el riesgo tan grande de incendio, lo que a la larga, evitó una tragedia de magnitudes catastróficas.