Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. En diciembre del 2014, durante la Administración de Egidio Torre Cantú, en Tamaulipas, y de José Elías Leal en Reynosa, quedó terminado el edificio de la Casa de la Tierra; a 7 años de distancia, luce abandonada y prácticamente ha quedado en calidad de elefante blanco, porque no se le da mantenimiento.
Hasta marzo del 2020, cuando se declaró la pandemia de coronavirus, las instalaciones eran funcionales y se recibían diariamente grupos de alumnos de diferentes instituciones educativas que quedaban maravillados por las imágenes que se proyectaban sobre una gran esfera.
Con una inversión cercana a los 30 millones de pesos, la Casa de la Tierra utiliza un sistema satelital operado por la National Oceanic and Atmospheric Administration de los Estados Unidos (NOAA), donde se presentan imágenes y datos terrestres que constituyen un valioso material de apoyo para los estudiantes y en general, para todo el público.
Ubicada en el Parque Cultural Reynosa, la Casa de la Tierra ofrecía documentales de calidad mundial, como la exposición “Inquilinos Ocultos”, del fotógrafo de la vida natural Jorge Belín.
Pero además, permite crear una mayor conciencia acerca de la necesidad de mitigar el cambio climático y apoyar el desarrollo sustentable.
Con potencial para convertirse en un verdadero planetario y museo temático, la Casa de la Tierra hoy sufre de abandono.
Durante los dos años y medio de la pandemia, se suspendieron todas sus actividades y el personal capacitado fue despedido o reubicado en otras áreas.
Quienes visitan el edificio, se dan cuenta del estado de deterioro en que se encuentra.
Las anteriores autoridades de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, de la cual dependía la Casa de la Tierra, jamás dieron una fecha para su reapertura, a pesar de que en las escuelas desde antes de concluir el ciclo lectivo 2021-2022 ya habían retornado a las clases presenciales o semipresenciales.
Hasta ahora, el nuevo Gobierno Estatal tampoco ha emitido información sobre su reapertura.