Ciudad de México. A pesar de que representantes del comercio organizado de Tamaulipas pedían la presencia de las Fuerzas de Paz de la ONU (cascos azules) en Nuevo Laredo, tras el atentado a la embajada de Estados Unidos y la violencia provocada por grupos de la delincuencia organizada, en realidad los que llegaron fueron 250 soldados pertenecientes a las Unidades de Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano.
El viernes pasado, en un gran despliegue, arribaron hasta el aeropuerto internacional de Nuevo Laredo con la misión de fortalecer el estado de derecho y coadyuvar con las autoridades para la detención de los culpables de ese atentado.
El Gobierno Federal espera aprovechar la gran capacidad de movilidad, el armamento, el material, equipo y adiestramiento de esta fuerza especial para realizar ese operativo.