Reynosa, Tamaulipas. Una noche como hoy, hace diecisiete años, Reynosa se vistió de blanco. Fue una Navidad blanca.
Poco después de las 10:00 p. M., mientras las familias se preparaban para celebrar el nacimiento del niño Jesús, pequeños copos de nieve empezaron a cubrir las casas, los patios, los vehículos y las calles.
Pará la medianoche, la nieve adornaba la ciudad con su blanco manto.
Hoy, con un clima fresco y muy agradable, no son pocos los que recuerdan ese maravilloso espectáculo, que coincidió con una de las celebraciones religiosas más importantes del pueblo mexicano.