Ciudad de México. Miles de personas participaron en la marcha en las calles de la Ciudad de México, acompañando a los padres de los 43 normalistas de Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, en el día en que se cumplen siete años de la desaparición de los jóvenes estudiantes.
La marcha salió alrededor de las 16:00 horas del Ángel de la Independencia, y avanzó sobre el Paseo de la Reforma, avenida Juárez y llegó al Zócalo capitalino, donde se realizó un mitin. Antes de partir, un sacerdote ofició una misa en honor a los desaparecidos, cuyos rostros estaban impresos en las pancartas que llevan cada año sus familias.
“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, fue la principal consigna que sonó al paso del contingente encabezado por los papás de los estudiantes normalistas de los que se supo por última vez el 26 de septiembre de 2014.
Frente al Antimonumento levantado sobre Paseo de la Reforma, familiares y estudiantes corearon los nombres de los desaparecidos.
El gobierno de la Ciudad de México desplegó 1,000 elementos de seguridad para dar seguimiento a la marcha y avanzar con los cierres viales ante el paso de los manifestantes, entre quienes había normalistas de Ayotzinapa y organizaciones sociales.
“Desde hace seis meses hay lentitud y ni siquiera han podido extraditar al exresponsable del caso Tomas Zerón de Lucio”, reclamó desde el templete una de las madres.
Una de las exigencias que realizaron fue la investigar a los militares a cargo del sistema de vigilancia en Iguala.
“Ellos tuvieron conocimiento cómo estaban atacando a los normalistas”, sostuvo otro de los familiares.
La desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa cumple este domingo un séptimo año con solo tres de los jóvenes identificados y el principal investigador del caso en el gobierno de Enrique Peña Nieto, Tomás Zerón, prófugo en Israel.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó hace casi tres años reanudar las búsquedas, con lo que se identificaron restos de dos nuevos estudiantes, e investigar a responsables de la administración pasada que dieron carpetazo al caso con la llamada “verdad histórica”, construida a partir de torturas a testigos.
Sin embargo, el hartazgo comienza a aflorar entre las familias, que dieron un voto de confianza a la Comisión de la Verdad creada por López Obrador, pero que sienten que la Fiscalía General de la República y el Ejército ponen trabas al proceso.
Además, llegan a este séptimo aniversario sin nuevos hallazgos y golpeados por la reciente muerte por Covid-19 de dos padres de familia que ya nunca sabrán el paradero de sus hijos.