EDITORIAL
Hoy se cumplen 145 días de libertad e independencia del Congreso de Tamaulipas.
Siendo uno de los tres poderes del Estado, durante casi toda su existencia ha estado sometido al Ejecutivo.
Cada Gobernador, tanto del PRI como del PAN, lo tenían sometido. Los diputados locales eran sus empleados y hacían todo lo que se les ordenaba.
El primero de octubre del 2021, sin embargo, la 65 Legislatura hizo historia, puesto que por primera vez en casi doscientos años, había obtenido su independencia.
Estos cuatro meses y 22 días han sido duros, muy duros para el Presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), Armando Zertuche Zuani.
Desde el inicio enfrentó la traición, cuando dos diputadas, una de MORENA y otra del PT, recibieron jugosos pagos. La historia ha recogido sus nombres: Leticia Sánchez Guillermo y Lidia Martínez.
Hoy se prepara la segunda puñalada trapera. Dos legisladores más preparan sus maletas para pasarse al bando azul, billetiza de por medio. Sus nombres serán dados a conocer el día de hoy, en Ciudad Victoria, durante la sesión del Congreso programada para este día, si hemos de creer a los analistas políticos.
Hoy se conocerá los nombres de las personas que sepultarán la efímera libertad del Congreso de Tamaulipas.
Por otra parte, es lamentable el triste papel que la prensa de la Capital del Estado ha desempeñado con sus ataques mediáticos dirigidos a un solo hombre.
Zertuche ha resistido los embates, pero es difícil hacerlo cuando está de por medio el enorme poder económico y político que aún tiene el Gobernador del Estado, Francisco García Cabeza de Vaca.
Todas las baterías están encaminadas a descarrilarlo. Se gastan muchos millones de pesos en pagar a periodistas inescrupulosos que siguen sucias consignas políticas.
El aún Presidente de la JUCOPO ha tenido que enfrentar traiciones dentro de su propio partido porque incluso, no cuenta con el respaldo que debería tener de su dirigencia nacional o de la Presidencia de la República.
Si se cumplen los augurios de los periodistas vendidos, si hoy se consuma la traición, el Congreso de Tamaulipas nuevamente quedará sometido a los caprichos de un Gobernador que se ha enriquecido de manera escandalosa y que aún tiene pendientes acusaciones por asociación delictuosa, operaciones con recursos de procedencia ilícita y defraudación fiscal.
Hoy el Congreso podría dejar de ser La Casa del Pueblo, para convertirse nuevamente en un apéndice del Ejecutivo.
Fueron 145 días en que los tamaulipecos tuvieron un Congreso realmente libre.
La traición paga, y paga muy bien.