Por Lic. Marcos Olivares Olvera
EL VIEJO ESTILO DEL LIDERAZGO
En ocasiones nuestra grandeza está dormida en nuestro interior, solo se necesitan las condiciones adecuadas para florecer.
Los Líderes Competitivos son quienes tienen esa capacidad, de provocar las condiciones para despertar el potencial que la gente guarda en su interior e inspira a superar expectativas sorprendentes.
Me encantó la expresión que emplea Stephen M. R. Covey en su libro “Confiar e Inspirar” “Operar hoy en día desde el paradigma de Mandar y Controlar, es como intentar jugar al tenis con un palo de golf”
En la actualidad ese concepto está casi obsoleto, por la forma y el fondo, que consiste en aprovechar los recursos y a las personas a su disposición para alcanzar los objetivos trazados, hasta allí y nada más.
Sin embargo, la nueva forma de liderar busca incitar al individuo a liberar su talento y el potencial dormido, para lo cuál el Líder Competitivo pone en práctica valores y habilidades innatas y aprendidas a través de su vida profesional, para empoderarles y enseñarles a tener confianza en sí mismos.
Esto me lleva a recordar una frase de Eleaonor Roosevelt que siempre la tengo presente: “Un buen líder inspira a las personas para que confíen en el líder, un gran líder inspira a las personas para que confíen en sí mismos”
Confiar en los demás es el principio de la autoestima, éste es uno de los retos más espinosos que tienen los Líderes Competitivos, tienen que emplear todos sus recursos técnicos, habilidades de inteligencia emocional, y talento para provocar la confianza en sus seguidores y/o colaboradores.
Los Líderes Competitivos inspiran a un trabajador para convertirlo en un creador, vaya que se sorprenderá de conocer de su potencial que ni él mismo conocía, a un empleado lo inspira para hacerlo su colega, a un proveedor lo convierte en su asociado que le resuelve las necesidades de suministros, y a un grupo de trabajo lo trasforma en un equipo de trabajo exitoso.
Cuando inspiramos a otros, reavivamos el espíritu interior nuestro y de los demás, cuando inspiramos a otros, inyectamos en ellos y en nosotros nueva vida, propósito y pasión.
Si aún intentas jugar tenis con un palo de golf, estarás condenado al retiro muy pronto.
Si no encuentras quién te inspire, busca la inspiración en tu interior, ahí esta dormida.
Referencia: Confiar e Inspirar de Stephen M. R. Covey