Por Marcos Olivares
INFLACIÓN, TEMA DE MODA DIARIA
Cuando terminé la escuela (ITESM ´75) reconozco que mis conocimientos eran totalmente académicos, nunca imaginé lo que la vida profesional me deparaba en los próximos años.
Inicie laborando de inmediato en enero de 1976, en una oficina de gobierno en la entonces Dirección General de Pagos dependencia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, quienes tenían la función de generar los pagos de nómina de todos los empleados federales del país. Entré en un mundo totalmente nuevo, que marcó mi vida profesional, pues en ese mismo año recibí una de las lecciones de mayor impacto en mi novel carrera profesional.
La Devaluación del peso mexicano frente al dólar americano; fue mi primera lección financiera, me di cuenta de que había pasado de la teoría a la triste realidad, donde el juego ya es de hombres, no de estudiantes. El peso sufrió una devaluación traumática, pasando de un precio de $12.50 pesos por $1.00 dólar a $22.00 pesos, es decir, para comprar $1.00 dólar americano necesitaría 76% más de pesos.
Aprendí la importancia de la moneda americana en el sistema financiero mexicano, el cual juega un papel doble, dependiendo que uso le daremos o como lo utilizamos, por ejemplo los importadores entre más bajo sea su valor podrán hacer compras significativas de materias primas, maquinaria, y otros productos, tales como enseres y accesorios a buen precio, porque el valor de comprar del dólar es barato, caso contrario si el valor es alto, incidirá en sus precios de compra y por ende en los precios finales de venta al consumidor.
Principalmente en este último escenario, causará irremediablemente inflación. Donde el poder adquisitivo se deteriora, pues no podrás comprar la misma despensa que los días anteriores. Dicho de otro modo, comprarás menos con el mismo dinero.
Sin embargo, no es la única causa que puede incidir en el aumento o decremento de la inflación, existen casos tales como, el incremento de la demanda de bienes que sobrepasa la producción o la misma importación. Es decir, cuando se aumenta el consumo de un determinado bien y hay poca cantidad del mismo, sube su precio.
El caso más reciente fue en la pandemia del COVID-19, cuando la demanda de mascarillas faciales protectoras para evitar el contagio se disparó de la noche a la mañana, por supuesto el precio de compra se incremento considerablemente por la misma causa.
Otro caso es cuando los precios de materias primas energéticas tales como el petróleo, los metales, como el aluminio, cobre, y otros más, son impactados por problemas geopolíticos, invasiones de países, guerras, y mucho más, indudablemente estos impactan en los precios de venta de productos o servicios, tales como los combustibles para mover al mundo.
Uno de los más dañinos y difíciles de controlar, es la generada por especulaciones, rumores, y/o jugadas tramposas, ya sea para desestabilizar la economía o por cuestiones políticas. Estas dan muchos dolores de cabezas a los gobiernos, pues (regularmente) se ven obligados a tomar decisiones apresuradas y poco razonadas, pero que aplacan la crisis que daña la imagen pública.
Considero que el efecto más dañino de la inflación es aquel que le inhibe a los ahorradores disponer sus excedentes de dinero para ahorrarlo, pues al tener mayor costo el dinero para comprar ya sea su despensa o matera prima para su producción, tendrá que utilizarlo para lo anteriormente descrito.
Y aún más todavía, las empresas por el alto costo del dinero de inmediato hacen ajustes en sus gastos, y al primero que recortan es al empleado, y ahí inicia la espiral de la inflación y del deterioro de la economía formal que se convierte en informal en el mejor de los casos.
Abordé el caso para repasar y recordar que los Líderes Competitivos deben de estar muy atentos cuando dirigen empresas y proyectos difíciles, de tal manera que su talento y habilidades son los únicos que pueden con esa carga de compromisos sociales.
El impacto lo hemos vivido en muchos países, por eso debemos como ciudadanos también estar conscientes de la importancia de nuestro rol en la sociedad económica, evitando el derroche y mejorar las prácticas de consumo con moderación.
La prudencia es una virtud que se basa en la previsión y la reflexión, y que ayuda a actuar con cautela y precaución.