Por Marcos Olivares
LA RETROALIMENTACIÓN
Cuando empecé a leer y escuchar sobre el concepto de Inteligencia Emocional, allá por el lejano final de los 90´s del siglo pasado, comprendí el impacto que este tiene en nuestras relaciones personales, es decir, con quienes más intimamos, principalmente con nuestra familia. Sin embargo, pronto también descubrí que había mayor profundidad en el concepto, pues trascendía en las relaciones interpersonales, es decir con aquellos con los que interactuamos de manera recíproca, como las relaciones laborales, profesionales y comerciales.
No fue fácil aplicar el concepto en las empresas de aquella época, pues la organización vertical donde la jerarquía rígida era quién mandaba y ordenaba sin réplica, no dejaba dudas de la dominación administrativa.
Sin embargo, la nueva realidad competitiva da pie a la transformación, cuando las emociones inciden en las relaciones empresariales y profesionales.
De ahí, el Liderazgo Dominante se transforma en el Liderazgo Competitivo, donde la dominación del jefe es cambiada por los conceptos de Motivación, Persuación y Comunicación, para que los involucrados en las tareas y proyectos trabajen y colaboren de manera empática e integrados en un solo equipo, hasta la obtención del éxito de los planes y proyectos trazados.
Para ser un verdadero Líder Competitivo (nuestro tema) es necesario poseer habilidades en las competencias emocionales, tales como estar sintonizados con los sentimientos de aquellas personas con quienes habremos de interactuar, además de ser capaces de transformar desacuerdos en acuerdos, y por supuesto mantener un “Flow State” (Rendimiento Óptimo) es decir concentrado, creativo y participativo.
En el primer concepto, quizás sea fundamental para el Líder Competitivo, ya que al dirigir a un equipo de trabajo o simplemente en su familia, debe aplicar todas sus habilidades, capacidades y experiencias para Motivarlos a “jalar parejo” y en la misma dirección. Aquí cabe un término valiosísimo: el de la Retroalimentación, dado que este permite el intercambio de información, donde se revisa el camino recorrido, se plantean las correcciones y ajustes para retomar la ruta que ha de llevar al cumplimiento de las metas.
Ahí es donde el Líder Competitivo se empodera o se le cae el proyecto, pues su participación debe ser motivadora y comunicativa para empujar hacia adelante al equipo, y evitar el desaliento, donde escucha a todos y facilita los acuerdos mediante el diálogo sin que este se desvíe de la metodología de discusión y debate.
Por esa razón el temple del Líder Competitivo debe ser de acero, y sus emociones controladas y equilibradas por el razonamiento y el corazón, para no caer en las tentaciones de la imparcialidad, la simpatía y desde luego en la falta de análisis prudente y profundo, lo que pudiese provocar emociones encontradas y desconfianza en el Líder y en el equipo.
Aquí es donde la esencia individual se separa y se transforma en el Líder que el equipo quiere seguir.
De aquí se desprende otro concepto valioso para comentar en el siguiente artículo: La Crítica.
La Comunicación respetuosa propicia el Diálogo abierto y franco, y éste facilita el Acuerdo, donde todos ganan.
Marcos Olivares
21 de Abril 2024