POR RUBEN DUEÑAS ARIZMENDI
CHOCAN LOPEZ OBRADOR Y JOE BIDEN, YA LO ESPERABAMOS
Desde el día en que las autoridades electorales de Estados Unidos reconocieron a Joe Biden como el ganador de las elecciones presidenciales del pasado 6 de noviembre, en las que resultó electo como nuevo presidente de EEUU, creemos que todos –al menos los mexicanos– sabíamos que habría problemas entre los mandatarios de las dos naciones, porque el proyecto de la Cuarta Transformación del presidente Andrés Manuel López Obrador estriba en su parte medular en llevar a México y a los mexicanos al comunismo, con lo que creemos que obviamente el gobierno de Biden, jamás va a estar de acuerdo.
El periódico El Financiero del Distrito Federal publicó en sus páginas la columna de Raymundo Riva Palacio en cuyo marco el destacado columnista establece que López Obrador y Joe Biden están en una abierta ruta de confrontación. Pero, pero, pero, el diferendum, lo atribuye a que en meses anteriores ha sido por la migración, la inseguridad y los cambios constantes en las reglas del juego para las inversiones. Riva Palacio dice que hoy es por Cuba.
López Obrador incumplió lo que siempre dice cuando se le pone en aprietos para mantenerse al margen de condenar actitudes antidemocráticas en países con cuyos gobiernos simpatiza, y tomó claramente el lado del presidente cubano y secretario general del Partido Comunista, Miguel Díaz Canel, para acusar a Estados Unidos de intervencionismo mediante una manipulación mediática y respaldar al pueblo cubano, o al menos a una parte de el, porque la otra parte expresó su descontento en las calles.
López Obrador dijo textualmente: “No debe haber intervencionismo, no debe utilizarse la situación de salud del pueblo de cuba con fines políticos, eso debe quedar de lado. Nada de politización, de campañas mediáticas que ya se han dado a nivel mundial”.
El presidente habla sin pruebas que sostuvieran su dicho, pero en contraposición a la declaración que hizo Biden: “Apoyamos al pueblo cubano y a su llamado por la libertad y el alivio de las trágicas consecuencias de la pandemia y de las décadas de represión y sufrimiento económico al cual han estado sujetos por el régimen autoritario cubano”. Más lejos uno de otro no podían estar los dos presidentes.
No se puede abordar el tema de Cuba sin contextualizas el conflicto dentro del marco del bloqueo de Estados Unidos a la isla desde1962, cuando buscaron aislarla totalmente del mundo, rescatada solo por el apoyo millonario que le dio la vieja Unión Soviética en medio de la Guerra Fría.
La última condena abrumadora se dio el pasado 23 de junio cuando la Asambla General de las Naciones Unidas se pronunció por el bloque, por vigésimo año consecutivo, con un voto de 184 naciones a favor, dos en contra (Estados Unidos e Israel) y tres abstenciones (Brasil, Colombia y Ucrania). México ha sido consistente en su respaldo a Cuba, desde que votó contra su expulsión en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos en Punta del Este en 1962.
Según Riva Palacio la política mexicana ha sido congruente, pero ha entrado en zona de claroscuros en el gobierno de López Obrador por su inconsistencia, parcialidad y falta de oficio. En el choque contra Biden por Cuba queda expuesto que a López Obrador probablemente no le interesa guardar las formas, ni mucho menos servir como un canal extraoficial entre Washington y La Habana, para evitar una escalada de su viejo conflicto y buscar en cambio la distensión que permita regresar al camino que emprendió el presidente Barack Obama hacia la normalización de las relaciones.
Biden ha estado reticente a acelerar la marcha que había iniciado Obama, y las protestas en Cuba mostraron el pragmatismo de su gobierno para sacar raja de la coyuntura. Al mismo tiempo no deja de ser paradójico la reacción de AMLO particularmente, porque fue una tumba frente a las agresiones y el hostigamiento del ex presidente Donald Trump contra Cuba. Con él López Obrador no tuvo problemas en guardar silencio.