Por Jesús Rivera
Filas interminables de personas esperando su turno para recibir la vacuna antiCOVID.
Si ayer nos asombrábamos de la abrumadora respuesta de los milenials al percatamos de las kilométricas filas, hoy se han multiplicado, a tal punto que podría rebajarse la capacidad de respuesta de las autoridades.
Jóvenes de entre 22 y 26 años empezaron a llegar a las seis sedes de vacunación desde ayer por la noche.
A las 8:30 de la mañana, en la sede del Auditorio Municipal, la fila llegaba hasta la plaza de La Cima y aún seguía llegando gente desde todos los puntos cardinales.
Armados con bancos y sillas unos, con sombrillas la mayoría, gorras para cubrirse de la inclemencia del sol, los más precavidos con bloqueador de rayos UV, ninguno se ha venido de su casa sin el infaltable smartphone.
Pasar las horas que tendrán que esperar sin aburrirse, permanecer conectados con los “cuates” vía WhatsApp, Twitter, Facebook, Tik Tok y demás redes sociales es la prioridad.
El celular cargado al tope, unos buenos audífonos y suficiente dosis de paciencia es lo mejor para una larga espera.
En otras sedes de vacunación la situación se repite.
El grupo erario de entre 18 y 39 años es el más numeroso en una ciudad como Reynosa, considerada como la capital del empleo en Tamaulipas.