Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Inteligencia artificial

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Por Jerry Zu


¿A quién se le ocurre ponerse en la cabeza la coraza de una computadora de escritorio y hacer malabares en medio de la calle?

Eso es exactamente lo que hizo un ingenioso malabarista para ganarse unos cuantos pesos más.

En el cruce del bulevar Del Maestro con la calle Beethoven, de la colonia Narciso Mendoza, Juan N. (no es su verdadero nombre), toma cinco pelotas de goma y avanza hasta la parte más visible de la fila de vehículos.

Viste un chaleco negro hasta los muslos, camisa azul rey de manga corta y un raído pantalón de mezclilla, amarrado con un cordón verde chillante.

Frente a los indiferentes conductores, empieza con su acto circense. Arroja una bola, después otra y otra más, hasta completar cinco, en un coordinado movimiento.

El grado de dificultad es mayor si se toma en cuenta que su cabeza está enfundada en un monitor de computadora.

Sin embargo, esta muestra de ingenio provoca la reacción de algunos conductores que sacan uno, dos o cinco pesos para entregarlo en las morenas manos del anónimo artista.