Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. El hecho de que más del 20% de las viviendas que se ubican en fraccionamientos populares, como Rincón de las Flores, Los Almendros, Balcones de Alcalá, El Campanario y otros del sur de la ciudad estén vandalizadas, es una prueba de que existe una marcada sobredemanda.
Trabajadores que abandonan sus casas por no poder pagar sus créditos, convertidas en nidos de malvivientes o madriguera de alimañas, la mayor parte de ellas acumulan maleza y recibos de luz y agua.
En una casa cuadrupex de Rincón de las Flores, por ejemplo, se observa como la basura y los arbustos cubren el patio frontal.
Se nota abandonada desde hace mucho tiempo. Los recibos de agua marcan adeudos superiores a los 13 mil pesos y de la luz, no se diga, puesto que hasta los medidores han desaparecidos.
A apenas unos kilómetros sobre la carretera a San Fernando, se observa una situación insólita: Un fraccionamiento completo, Privada de la Retama, que está siendo desmantelado por maquinaria pesada.
Cientos de casas hechas escombro, como si se estuviese preparando el terreno para un desarrollo comercial o industrial.
La sobredemanda de vivienda viene desde años atrás. En el 2008, tras el recrudecimiento de la violencia, miles de familias veracruzanas retornaron a sus lugares de origen, dejando abandonadas las viviendas y sin pagar los créditos.
La mayoría de ellas permanecen abandonadas, vandalizadas o convertidas en puntos de la delincuencia.
Los créditos impagables que maneja el INFONAVIT ocasionan que trabajadores con las suficientes semanas cotizadas prefieran comprar por cuenta propia, de sus mismos ahorros, un hogar mejor ubicado y más amplio.
Fenómeno que se repite en los diferentes desarrollos de vivienda de interés social, donde el espacio bajo techo apenas es un poco mayor que un pie de casa.