Por Jesús Rivera
“Estamos condenados al triunfo”,-era su frase favorita durante las campañas políticas.
Incluso tenía su propia porra, por si algún día le concedía algún partido participar como candidato: “¡Bagre, salmón y mojarra!¡Bagre, salmón y mojarra! ¡Todos con Carlos Ibarraaaaa!”
Falleció el conocido, carismático y controversial Carlos Ibarra. No pudo ganarle al COVID-19. La parca lo venció.
En cierta ocasión, hace algunos años, un periodista de The Monitor lo entrevistó sobre la manera en que los policías norteamericanos agarraban como tiro al blanco a los indocumentados mexicanos que se cruzaban el río Bravo en busca del sueño americano.
Voy a ofrecer 10 mil dólares por cada policía gringo muerto,-fue más o menos lo que le dijo al reportero Leonardo Andrade, también recientemente fallecido a causa de la misma enfermedad.
La reacción no se hizo esperar. De la Casa Blanca salió la orden de investigar quién era Carlos Ibarra, a qué grupo terrorista pertenecía y buscar la manera de echarle el guante.
Agentes de Inteligencia Militar y posiblemente agentes norteamericanos encubiertos, lo buscaban en los alrededores de la plaza Miguel Hidalgo.
Al enterarse, se refugió durante varios meses en su casa de la colonia Antonio J. Bermúdez, hasta que las aguas se calmaron.
En otra ocasión encabezó una manifestación y caminata que los llevó hasta el puente internacional Reynosa-Hidalgo. No pudieron cruzar hacia el lado americano, pero armaron un revuelo entre los cumplidos agentes de migración y la policía de Hidalgo, Texas.
Al recordar esa anécdota solía decir: “Sólo Pancho Villa y Carlos Ibarra se han atrevido a invadir a los Estados Unidos”.
Falleció Carlos Ibarra Pérez, viejo luchador social y petrolero jubilado.
Descanse en paz.