Por Jerry Zu
Reynosa, Tamaulipas. Los migrantes haitianos dejan a un lado sus platillos nacionales, como el joumou y el griot, para entrarle sabroso a los taquitos de trompo y de pollo.
El arroz con porotos forma parte de su dieta básica, sin embargo, aquí en Reynosa se han acostumbrado a comer los alimentos más comunes que se venden en los negocios del centro, como los tacos de trompo, de pollo o de ternera, las pizzas, las hamburguesas, el pollo frito y el elote en grano o entero con mucha mayonesa, crema, chile y mantequilla.
En Haití, la dieta promedio incluye mucho pescado y frutos como las bananas y las naranjas.
El pollo ítalo-haitiano y las berenjenas con bechamel, son de los preferidos entre las clases media y alta.
En contraste, los alimentos hipercalóricos que pueden conseguir en los restaurantes, fondas y puestos callejeros se han convertido en parte de su menú, en tanto esperan pacientemente que las autoridades migratorias de los Estados Unidos resuelvan su situación migratoria.
Pero no solo los haitianos gozan de nuestras garnachas. Rusos, uzbekistanos, ucranianos, bielorrusos, viatnamitas, hindús, venezolanos, peruanos, guatemaltecos, salvadoreños y africanos no les hacen el feo.