Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. La prolongada permanencia de miles de migrantes en la Plaza De la República de esta fronteriza ciudad, provoca el hacinamiento, la promiscuidad y la contaminación en ese parque público que era, hasta el mes de marzo de este año, un orgullo para los reynosenses.
Ubicada a menos de cien metros del puente internacional Reynosa-Hidalgo, la Plaza de la República tiene en su esquina norte la figura monumental de un águila devorando a una serpiente, posada sobre un nopal, símbolo de nuestra mexicanidad, que ahora sirve como tendedero de ropa, como entretenimiento para los niños o como sujetador de cuerdas.
Una trabajadora del servicio de Limpieza Pública Municipal que no quiso dar su nombre, dijo que en diversas ocasiones los migrantes de origen centroamericano han sido groseros y hasta insultantes con ellos.
Se han encontrado desechos humanos en bolsas de plástico, cuyo olor es insoportable. Al reclamarles, se han encontrado con respuestas tales como: “Para eso lers pagan” o, “para eso están ustedes”.
Los migrantes, dijo la empleada municipal, no quieren que se les den frijoles de comer, como en ocasiones les llevan asociaciones caritativas y ya también le hacen elfeo a la pizza.
“Viven de nuestros impuestos, porque el Gobierno les da 2 mil pesos mensuales”,-comentó.
En el lado norte de la plaza hay cinco módulos de servicio sanitario portátiles, pero son insuficientes.
De ahí sale constantemente un arroyo de desechos orgánicos que se prolonga por varias cuadras, despidiendo un olor penetrante.
Con frecuencia los trabajadores de limpieza encuentran cerca de las tiendas de campaña donde habitan hasta varias familias, bolsas de plástico que contienen orina o materia fecal.
Cerca de ese lugar se ubican consultorios médicos habilitados por organizaciones no gubernamentales.
Se calcula que en ese espacio de 100 por 100 metros (una hectáreas) hay entre 1,900 y 2,000 mil personas, y cada vez llegan más.
Ayer viernes se reportó el arribo de por lo menos dos autobuses con 100 personas más.
Un funcionario municipal calculó que costará millones de pesos rehabilitar la plaza, una vez que se retiren los migrantes, ya que incluso la estructura del kiosco presenta daños importantes.
