Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. Cientos de personas acuden a pasar momentos de esparcimiento familiar al malecón de la laguna La Escondida.
Sin embargo, la queja recurrente es que hay demasiada contaminación, ya sea con basura, desechos industriales y botellas de plástico.
Eso genera que haya una gran cantidad de mosquitos.
Ir al Parque Cultural, rentar una bicicleta o cuatriciclo, recorrer el malecón o las ciclovías, es una experiencia cada vez más apreciada por los reynosenses.
Sería mucho mejor-dijo un usuario- que se eliminara toda esta contaminación, y señaló las orillas de la laguna convertidas en un fétido basurero.
Siendo una área natural protegida, corresponde a la SEDUMA velar por su preservación, sin embargo, como es un cuerpo de agua, también la CNA tiene injerencia en ella.
El Proyecto de la Laguna la Escondida no está completo. Lo que se ve es apenas la primera etapa.
Se proyectó para establecer y promover la protección, preservación, conservación y recuperación de la zona núcleo.
El Área Natural Protegida, que fue declarada como tal en mayo de 1997, comprende 320 hectáreas.
La segunda parte del proyecto consistía en construir una vialidad periférica y continuar con el saneamiento de todo el cuerpo lagunar, incluyendo las zonas más cercanas a la mancha urbana.
Han existido ideas de ciudadanos acerca de la utilización recreativa de la laguna. Algunos consideran la posibilidad de introducir trajineras para hacer un paseo semejante al de Xochimilco.
En la actualidad, el agua se ve con una tonalidad verde aceitosa. Sobrevive una población cuantiosa de tortugas y peces como el pleco, así como repittiles y anfibios.
A diferencia de la laguna del Carpintero, en Tampico, La Escondida de Reynosa presenta un aspecto sucio, y sus aguas malolientes impiden que se convierta en un sitio de atracción no solo para los habitantes de Reynosa, sino para los municipios vecinos y el Valle de Texas.