Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. Después de dos años y medio de formar parte de nuestra indumentaria diaria, de verlo y sentirlo como un mal necesario, el Consejo Estatal de Salud determinó que su uso ya no será obligatorio.
Vicente Joel Hernández Navarro, Secretario de Salud en el Estado, comunicó que será opcional usar el cubre bocas en espacios cerrados o de alta afluencia e igualmente, en espacios públicos abiertos.
Aparte de la aplicación de la vacuna, la sana distancia y la sanitización de manos, el uso del tapabocas fue vital para disminuir el número de casos de COVID-19, para prevenir la transmisión del virus.
Este pequeño objeto, presente en la vida de todo el mundo en los últimos años, ha sufrido una serie de cambios, modificaciones y mejoras.
Primero, solo era un ligero pedazo de tela con delgadas bandas elásticas, posteriormente se popularizó el uso de cubrebocas K95 de uso hospitalario: luego vinieron los que traían válvulas de ventilación, de diferentes colores, con adornos, lentejuelas con motivos de temporada, los muy fashion, los exclusivos de diseñador que combinaban con el resto de las prendas y hasta los inteligentes, que avisaban de la cercanía de focos de contagio. Había quienes preferían mascarillas transparentes de plástico y los más estrambóticos trajeron de vuelta las horribles máscaras con pico de ave con sombreros y gabardinas negros.
A pesar de las molestias que provoca el traer constantemente puesto el cubrebocas, también ha sido importante para disminuir las enfermedades respiratorias agudas, como la influenza o la gripe.
Las estadísticas de la Secretaría de Salud de Tamaulipas señalan una baja importante en la morbilidad, de tal manera que si se quieren evitar dichos padecimientos, el uso de la mascarilla es aconsejable, sobre todo cuando hay reuniones masivas en áreas bajo techo, como bodas, bautizos, posadas, reuniones sindicales y mítines políticos.