Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. Ya no solo son los cubanos que huyen del régimen socialista, al igual que los venezolanos: tampoco los haitianos que son obligados a emigrar por la pobreza extrema o los centroamericanos que son desplazados por la violencia de las pandillas.
Recientemente una familia afgana arribó a la Ciudad de México, abordó un avión a Reynosa y fue recibida en la casa del migrante “Senda de Vida”. A más tardar el 20 o 22 de noviembre, una vez que le sea aceptada su solicitud de visa humanitaria en Estados Unidos, los seis miembros de ese núcleo familiar estarán ingresando a territorio norteamericano.
Mientras tanto, se anunció que una segunda familia de cinco miembros hará el mismo periplo en los próximos días.
Las familias afganas son expulsadas por temas de intolerancia religiosa y las brutales imposiciones de los talibanes. Mujeres que ya no quieren traer colocada en la cabeza y cara la molesta burka son obligadas a salir de su país. No es la pobreza la que las impulsa, junto con sus familias a dejar atrás sus pertenencias y apegos, sino las costumbres machistas sumamente arraigadas, entre las que se encuentran:
1.- Las niñas no pueden ir a la escuela.
2.- Las mujeres afganas no pueden trabajar fuera del hogar.
3.- No pueden vestir como quieren. Tienen que cumplir un estricto código de vestimenta.
4.- No pueden salir a la calle a menos que sean acompañadas por un hombre de la familia, como el padre, el marido o algún hermano.
5.- No pueden practicar deportes.
6.- Hay segregación en el transporte público: Los hombres por un lado y las mujeres por otro.
7.- Hay matrimonios forzados, incluso a edades muy precoces.
8.- Ni siquiera pueden asomarse a la puerta o al balcón de su casa para no ser vistas.
9.- No tienen libertad de expresión ni pueden protestar.
10.- No pueden aspirar a ir a un salón de belleza, ni comprar maquillaje.
Además, quienes violen estas leyes talibanes, pueden ser condenadas a lapidaciones o encarcelamiento.
Las restricciones impuestas a las mujeres tienen como base el Corán, su libro sagrado. En últimas fechas la asociación Amnistía Internacional ha firmado una petición ante la ONU para tratar de proteger los derechos de mujeres y niñas en Afganistán, sin resultado alguno porque el régimen talibán impide toda incursión de organismos internacionales.
Al arribar a Reynosa, en vuelo comercial, las familias afganas deben tomar un taxi o uber para trasladarse hasta “Senda de Vida”. Desde el aeropuerto se les otorga acompañamiento por parte de la Policía Estatal para evitar que los contacten miembros de la delincuencia organizada, ya que por su apariencia llaman mucho la atención (barba, vestimenta, burkas).
En el camino, dos patrullas escoltan el taxi hasta llegar a la casa del migrante, donde son recibidos. Fuera de ese lugar permanecen las patrullas por espacio de dos horas, ya que se teme que individuos fundamentalistas enviados por el talibán puedan llegar y provocarles algún daño.
NUEVA CARAVANA
Mientras tanto, en la frontera sur del país, una nueva caravana de migrantes centroamericanos avanzan con la intención de ingresar a Estados Unidos.
La mayoría ya cuentan con la solicitud enviada al Servicio de Migración de los Estados Unidos a través de la plataforma CBPOne, de tal manera que se espera, una vez que lleguen a esta región, se mantengan por menos tiempo que los grupos anteriores antes de que sean llamados para establecer su estatus migratorio.
Esta nueva ola migrante deberá completar su trámite antes de que termine la presente Administración de Joe Biden, puesto que el Presidente electo Donald Trump anunció que endurecerá la política migratoria.