Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Exageran un poco…

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Por Jesús Rivera

Reynosa, Tamaulipas. Llamó la atención de las personas que estaban haciendo en la fila para vacunarse la presencia de dos siniestras figuras en el acceso al Auditorio Municipal “Ramón Pérez García”.

Un hombre y una mujer, jóvenes ambos, ataviados a la vieja usanza de los médicos que atendían la pandemia de la peste negra.

Los profesionales de la salud que atendían a los pacientes de peste negra entre los siglos XVII y XVIII usaban máscaras que parecían picos de ave, de color negro o marrón, con un sombrero del mismo color y una capa que cubría casi todo el cuerpo.

Según las crónicas de aquellos tiempos, las máscaras permitían filtrar el aire podrido que rodeaba a los pacientes de esa enfermedad. También se les solía agregar algún aromatizante para evitar el olor desagradable.

Esta mañana el periodista Renato Sandoval Zamudio logró captarlos otra vez con la lente de su teléfono celular.

Ambos posaron frente a la gente que los veía con curiosidad.

Es el segundo encuentro del comunicador con este tipo de personajes.

A mediados de mayo del año pasado, Sandoval Zamudio iba en una pesera cuando vio sentados frente a él a dos personas vestidas de idéntica manera.

En esta ocasión, realizaba un reporte desde el Auditorio Municipal, cuando se dio cuenta que estaban estos dos personajes parados.

Algunos de los que estaban en la fila solicitaban una foto con ellos y, muy accesibles, posaban para la selfie.

Él sí se formó en la fila para recibir la vacuna. Ella se la puso el día anterior.

Renato Sandoval asegura que no son las mismas personas de la pesera, sino que mandaron comprar sus trajes y les pareció buena idea ir ataviados de esa manera.

Dichos trajes son usados comúnmente como máscaras de carnaval en países de Europa, como Italia, Francia y España.

En México es poco común verlos en la calle, por la extraña apariencia de aves de mal agüero, como muchas veces se considera a los cuervos.

 

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