Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. En el inicio de la sexta ola de COVID-19, se detectaron en México los primeros cuatro casos de la llamada variante “Pesadilla del Infierno” del COVID-19.
En realidad, se trata de una subvariante de Ómicron, identificada con las siglas XBB, que ha presentado resistencia a las vacunas normales contra el coronavirus.
Los principales síntomas del contagio con esta nueva cepa son: Pérdida del gusto y el olfato, cansancio, malestar general, dolor de garganta, dolor muscular, pérdida del apetito, tos, afonía, congestión nasal y taquicardia.
A pesar del aparatoso nombre, XBB no ha demostrado ser mucho más letal que otras variantes y subvariantes, sin embargo, autoridades sanitarias insisten en que debemos seguir utilizando cubrebocas, guardar la sana distancia y aplicarse los refuerzos de la vacuna.
Los primeros cuatro casos de la variante “Pesadilla del Infierno” son un hombre de 32 años, una jovencita de 12 años y una mujer de 32 años, todos ellos originarios del Estado de México, así como una mujer de 65 años que vive en la Ciudad de México.
Otras versiones indican que son hasta 16 casos de los que tiene conocimiento la Secretaría de Salud.