EDITORIAL
¿De qué habla Cabeza de Vaca?
El Gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, se duele de la “evidente violación a la presunción de inocencia y a las garantías del debido proceso”, después que un Juez Federal emitió una orden de aprehensión en su contra.
El panista dice que no lo han dejado defenderse, al solicitar en reiteradas ocasiones conocer la carpeta de investigación donde vienen las acusaciones de delincuencia organizada, lavado de dinero y defraudación fiscal.
“No me han dejado defenderme”,-reitera en un escrito que subió ayer a su cuenta de Twitter.
“Los motivos políticos son evidentes,-agrega. Se usa la justicia para perseguir y amedrentar a los opositores y a los ciudadanos críticos a la gestión del Gobierno y de su partido, sobre todo cuando la preferencia electoral de los ciudadanos va en franco declive”.
La misma frase, con puntos y comas incluidos, podría haberla dicho el candidato de MORENA a la Presidencia Municipal de Reynosa, Carlos Peña Ortiz, pero dirigida al propio Gobernador.
Cabeza de Vaca se queja de persecución política, pero es exactamente lo mismo que él hace en Reynosa, de acuerdo con los señalamientos y acusaciones que los candidatos de MORENA han hecho ante los medios de comunicación y presentados ante la Fiscalía Especial para Delitos Electorales (FEPADE).
Carlos Peña Ortiz, expresamente, asegura que policías estatales a bordo de patrullas lo acosan constantemente, se paran frente a su casa y hasta han intentado abrir la puerta de su vehículo.
Hay participación de dependencias estatales, como Protección Civil en la entrega de despensas y de CEABE en la destrucción o sustitución de la publicidad de candidatos morenistas.
Además, se mantiene la posibilidad de que se libere una orden de aprehensión contra Peña Ortiz por la compra-venta de una propiedad en San Fernando, a pesar de que está amparado.
Cabeza de Vaca termina su mensaje con la siguiente frase: “Este país no es la Nación de un solo hombre. México nos pertenece a todos”.
Viniendo de un hombre que mantiene un férreo control de la vida pública de Tamaulipas, resulta algo bizarro leer y escuchar la manera en que se defiende ante el acoso de la Justicia Federal.
Es algo así como que un violador vaya a la justicia para denunciar que lo han violado.
La desaparición de poderes no es algo deseable para el Estado, pero es evidente que estamos inmersos en una terrible crisis constitucional, donde el proceso electoral se está judicializando y donde los ánimos exacerbados pueden llegar a degenerar en violencia.