Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. Ricardo Arroyo Solís, quien dejó trunca la carrera de Ingeniería Mecánica y Electrónica en el prestigiado Instituto Tecnológico de Monterrey, comenta que dentro de sus planes a corto plazo está conseguir una entrevista con Elon Musk, el multimillonario que pretende llegar a Marte y crear en ese planeta una estación espacial terrícola.
“No va a poder con las naves espaciales que tiene ahorita”,-dice Arroyo, y procede a mostrar una animación gráfica de lo que él describe como un “gravitón”, un aparato que puede surcar el aire de manera no convencional, sino más bien parecida a lo que la cultura popular entiende como un “platillo volador”.
Los Objetos Voladores no Identificados (OVNIs), conocidos ahora como FANIs (Fenómenos Anómalos no Identificados) tienen una parte giratoria -el disco externo- y un módulo central, igual que el proyecto de Arroyo. Por eso también le llama “mi OVNI”, cuando platica con las personas que quieren oir los avances de esa su invención que promete revolucionar la industria aeroespacial.
Y sí. Entre sus pretensiones está solicitar el apoyo del Gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal y el de Nuevo León, Samuel García, para que lo acerquen con Musk y pueda presentarle su proyecto con todos los detalles técnicos.
-¿Cuánto se requiere para construir un aparato como ese?-le pregunto.
-¡Millones de dólares!-responde. Por eso necesito ver a Elon Musk.
El multimillonario de origen sudafricano es el propietario de la empresa Tesla, que produce automóviles eléctricos, así como las compañías Neuralink, The Boring Company, Open AI, X Corp y Space X. Esta última ha enviado, desde varias bases espaciales, como la que tiene en Brownsville, Texas, una enorme cantidad de satélites de telecomunicaciones para proveer servicios de Internet a todo el planeta.
Que Musk invierta unos cuantos millones de dólares en el proyecto de nave espacial de un soñador mexicano, sería tanto como quitarle un pelo a un gato.
DE PERIODISTA A INVENTOR
Su padre fue don Ricardo Arroyo Rubio, célebre periodista y escritor guanajuatense.
Arroyo Solís, desde sus años mozos, trae la inquietud de convertirse en inventor, pero no de cualquier cosa, sino de una nave espacial que no tenga las mismas limitaciones de las actuales y que pueda, en un momento dado, ayudar a salvar vidas.
“Se llama gravitón porque la parte de en medio es un módulo central, una esfera perfecta que funciona por medio de un servosistema magnético que le permite flotar dentro de la otra parte del platillo, porque tiene forma de platillo. Le permite flotar y no girar. La parte de afuera sí gira y es por eso que puede adquirir una velocidad muy superior a la de un jet”,-asegura.
Aunque a decir verdad, el OVNI o platillo aún está en fase de diseño de maqueta. Recién pudo elaborar una simulación gráfica de lo que sería el aparato.
En la misma se ve como despega de manera vertical, se eleva y fuera de la atmósfera, tiene una falla en los propulsores, que son una especie de toberas parecidas a las del avión de combate Harriet. Tras la falla, la parte externa se desprende y queda solamente la esfera central, propulsada por magnetismo. Esta puede hacer una aproximación, ya sea a la superficie de La Tierra o de cualquier otro planeta y desplegar un futurista tren de aterrizaje, muy parecido al que se ve en las películas de ciencia ficción.
Como resultado, las personas que van en el interior, con el sofisticado equipo, aterrizan suavemente y no hay muertes humanas ni pérdidas materiales importantes.
-¿Para qué va a servir?-sigo cuestionando.
-El aparato principalmente está concebido para salvar vidas. Para utilizarlo en lugar de un avión, pero también puede servir para carga y puede cargar más que cualquiera de los aviones existentes, aparte, pues todo mundo se salva, en caso de un accidente.
Pero hay un modelo más avanzado con el cual, según Arroyo, se podrá viajar a otros planetas.
“El segundo modelo puede servir para salir al espacio exterior”,-comenta con entusiasmo, como si ya tuviera en el patio de su casa un modelo completamente funcional.
“He hablado con muchas personas, hasta con un Presidente de la República, pero me tocó la época neoliberal y fue puro cuento. No avancé casi nada. Esperamos ahora que con el apoyo del Gobernador podamos ver a Elon Musk para que él examine esta propuesta”,-dice.
-¿Tú vas a buscar la entrevista con Elon Musk?
-Sí. Definitivamente, porque los cohetes que el señor está haciendo son efectivos para poner satélites, pero no sirven para otra cosa. Para un viaje al espacio son peligrosísimos, ya que llevan el combustible junto a los tripulantes, y no se pueden despegar en caso de falla y todos morirían.
-Uno de los proyectos de Musk es colonizar Marte, ¿serviría esta nave?
-¡Claro que sí! Los módulos centrales imagínate que son circunferencias que tienen su sistema para poder aterrizar. Además, el módulo exterior podría regresar por otro módulo, otro módulo y otro sin casi nada de mantenimiento. Y podría llevar hasta diez módulos en diez viajes que serían seguidos, cargados de gente y de equipo.
Agrega.
-El modelo básico, el que podría sustituir a los aviones actuales funciona con turbosina, igual que los aviones de turbina, y el modelo que va al espacio exterior tiene cuatro motores que funcionan con turbosina y cuando llega al espacio exterior, donde ya no hay aire, esos motores se contraen y salen los otros cuatro motores, que esos sí ya funcionan con hidrógeno y un oxidante, que es el que permite arder en el espacio al hidrógeno.
Nada mal, pues, para un ingeniero trunco que busca financiamiento con un inalcanzable magnate.