Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Columnista Invitado

COMPARTIR

LA LEY JUÁREZ Y LA MUERTE DEL PRESIDENTE JUÁREZ

A LA MEMORIA DE LOS MAESTROS
CARLOS FRANCISCO CISNEROS RAMOS
Y JUAN MARTÍNEZ TRISTÁN.
Escribe: Mtro. NICOLÁS MARTÍNEZ CERDA
(Tomado de su muro de Facebook)
El 18 de Julio recordamos el fallecimiento de la figura egregia, principal actor del movimiento revolucionario, económico, social y político que estableció los principios de la República y de la Democracia.
Es el personaje central del movimiento de la Reforma, que inicia la lucha del Estado contra la Iglesia, promulgando las Leyes de Reforma, que limitó el poder político y económico de la Iglesia, restringiendo los excesivos privilegios y estableció la libertad de credos religiosos y tolerancias de cultos. En la Reforma encontramos los principios de la Revolución Mexicana.
Benito Juárez participó en la Revolución de Ayutla que tenía como finalidad la destrucción de la dictadura de Santa Ana, que culminó con la promulgación de la Constitución de 1857.
Se inicia la Guerra de Reforma cuya lucha dura 3 años, en contra de fuerzas organizadas, abastecidas y sostenidas moral y económicamente por la Iglesia; y además penetran los ejércitos extranjeros apoyados por los conservadores que pretendían establecer el régimen monárquico en nuestro país, y por este motivo Juárez sufrió el doloroso recorrido por el país, acosado por los ejércitos extranjeros, el hombre de verdadero carácter, realizó una defensa heroica que terminó con el fusilamiento de Maximiliano en el Cerro de las Campanas en Querétaro, a pesar de que Víctor Hugo autor de “Los Miserables” pidiera su perdón, también se fusilaron los generales mexicanos Miramón y Mejía.
Con toda seguridad el presidente Don Benito Juárez ha de haber considerado, que no se podía perdonar el crimen del imperio Francés cuando el emperador ha venido a cambiar la Republica por la Monarquía, cuando el pueblo ha derramado su sangre en los campos de batalla, el poder de coacción de estados obligatorio para conservar la paz, sus leyes y la dignidad de la Patria, siempre su dignidad, por eso nosotros, castigamos con el fusilamiento al emperador y a los generales traidores, “(…) en nombre de una madre más grande que es la patria”. Finalmente, el gran Presidente ha de haber pensado en la obra de “(…) nuestros padres Hidalgo, Morelos y Guerrero que desde el cielo nos contemplan con orgullo porque saben que podemos conservar intacto el depósito que nos legaron”.
El Presidente Juárez en enero de 1861, después de haber recorrido el país con la legalidad en la mano, hace su entrada triunfal a la Ciudad de México, restableciendo la República, y así concluye la derrota de la Iglesia y de los Conservadores que sostenían el Imperio. El 17 de julio de 1861 el Presidente expidió el célebre decreto en torno a la suspensión de 2 años de las deudas públicas.
En ocasión anterior, publiqué Las Leyes de Reforma en Facebook, motivo por el cual y con motivo del 18 de Julio, fecha del fallecimiento del Presidente Benito Juárez, en su honor, precisaré los fundamentos de la Ley Juárez.
Su denominación obedece a su finalidad, pues esta Ley trata “Sobre la Administración y Organización de los Tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios”. Expedida el 22 de noviembre de 1855 por el Presidente interino Don Juan Álvarez y Benito Juárez en su carácter de Ministro y Negocios Eclesiásticos, publicada el día siguiente para el efecto de su vigencia y cumplimiento.
La referida Ley se expidió en uso de facultades concedidas por el gobierno interino de la República por el artículo 3 del Plan de Ayutla, que tuvo por objeto el arreglo provisional de la Administración de Justicia, mientras se expedía la Constitución de 1857, como consecuencia del triunfo del Movimiento Revolucionario del Plan de Ayutla que derrotó la dictadura de Santa Ana.
“La Ley Juárez” restableció la Suprema Corte de Justicia de La Nación, Juzgados de Distrito y Tribunales Colegiados, así como el Tribunal Superior del Distrito.
En su artículo 42 declaró la suspensión de los Tribunales Especiales, con excepción de las Eclesiásticos y Militares, precisó que los primeros dejarían de conocer asuntos o negocios civiles y los militares dejarían de conocer negocios civiles y conocerían de delitos militares y de individuos sujetos al fuero de guerra.
“La Ley Juárez” inicia la Organización de los Tribunales de Justicia en México y concluía con la establecida en dominación española, que permitía que los Tribunales Eclesiásticos constituyen un poder civil e independiente de la autoridad pública. En el artículo 42, establece la suspensión total de los fueros, en circunstancias en que estaba en el cenit el fanatismo religioso, verdadera enajenación; fue por eso que “(…) despertando el espíritu reformista de modo valiente para su tiempo” desafiando la cólera desmedida del Clero y de los retrógrados.
LA MUERTE DEL PRESIDENTE JUÁREZ.
El Benemérito fallece el 18 de Julio de 1872, “Cuyo espíritu luminoso es y será ruta y señal del pueblo de MÉXICO”. Una angina de pecho le privó de la vida, precedieron intensos dolores en la región cardiaca, y su médico de cabecera al darse cuenta que su corazón latía débilmente, nos dice: “tuve que acudir contra mi deseo, a un remedio muy cruel pero eficaz; el agua hirviendo sobre la región del corazón; el Sr. Juárez se incorporó violentamente al sentir tan vivo dolor y me dijo con el aire del que hace notar a otro su torpeza: ¡Me está usted quemando! ¡Es intencional señor, así lo necesita usted! Le conteste, haciendo que el corazón tuviera energía para latir, y el que diez minutos antes era casi un cadáver, volvió a ser lo que era habitualmente, un caballero bien educado, el hombre amable y a la vez enérgico” después de tres horas se volvió a aplicar el bárbaro remedio, pero él valientemente se descubrió el pecho-
El Doctor Ignacio Alvarado, ordenó inmediatamente suspender sus funciones o actividades oficiales, y a pesar de ello recibió al General Ignacio Mejía, Secretario de Guerra y Marina; y al Secretario de Relaciones Exteriores José María Lafragua, momentos después el 18 de Julio de 1862 fallece el Presidente de la República Benito Juárez García y el 19 del mismo mes se reunieron en uno de los salones del Palacio Nacional los Secretarios de Estado.
El Doctor Ignacio Alvarado nos relata con detalles la agonía el prócer, de la egregia figura, describiéndonos su temple, su “vigor de su naturaleza, indómita su fuerza de voluntad” “…a impulsos de su voluntad llegó a dominar toda manifestación de sufrimiento. Después de atender al Ministro de Relaciones (Lafragua), pidió hablar con uno de los Generales más distinguidos, lleno de admiración, vi (dice el Doctor Alvarado) al Sr. Juárez discutir con él, de la manera más tranquila, lo que era más conveniente hacer con exactitud, “(…) pudo indicar al general desconfiar a quienes tenía como amigos” “(…) concluida aquella conferencia, pálido y vacilante, se arrojó por la postrera vez en su lecho, para no levantarse jamás de él, lecho que como cinco horas después no era ya lugar de descanso del Presidente, sino el lecho mortuorio del hombre grande, del patricio que desaparecía entre nosotros, pronunciando sus últimas palabras, en bien de la República, de varón esforzado y justo que nos dejó un ejemplo muy difícil de imitar. Así pasó Benito Juárez de la vida transitoria a la inmortalidad”
Captando la esencia del luminoso espíritu de Juárez, el poeta AMADO NERVO en la poesía heroica, “LA RAZA DE BRONCE” dejó estampado entre otros párrafos el siguiente:
“(…) ¡Eras tú mi señor, que soñando
estás en el panteón de San Fernando
bajo el dórico abrigo en que reposas;
eras tú que, en sueño peregrino,
ves marchar a la Patria, en su camino,
mimando risas y regando rosas!”
“yo quise a la Patria por débil y mustia,
Y la Patria me quiso con toda su angustia;”
“Señor, alma de luz, cuerpo de bronce,
Soy una chispa; ¡enséñame a ser lumbre!
Soy un guijarro; ¡enséñame a ser cumbre!
Soy una linfa; ¡enséñame a ser río!
Soy un harapo; ¡enséñame a ser gala!
Soy una pluma; ¡enséñame a ser ala!
Y que Dios te bendiga, padre mío.”

Deja una respuesta