Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. La Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) tiene varios años de solicitar a la casa del migrante “Senda de Vida” que no sigan construyendo en la zona federal que forma parte del río Bravo.
Se trata de un cauce delimitado por bordos de contención tanto en el lado americano como en el mexicano, utilizado para el control de las grandes avenidas de agua, causadas por la incidencia de ciclones tropicales, como el Behulla, en septiembre de 1967, el Gilberto, en septiembre de 1988, el Alex, en junio del 2010 y más recientemente, el huracán Hanna, en julio de 2020.
El Director del albergue tiene conocimiento del peligro que corren los cientos de migrantes y las propias instalaciones, ya que a lo largo de los años han rellenado esa parte del río sin darle compactación.
El Delegado de CILA en Reynosa, David Negrete Arroyo, comunicó que ha habido contacto con ellos, pero hacen caso omiso de las recomendaciones y siguen construyendo en ese lugar.
“Se le comentó que estaba en una zona de alto riesgo, se le comentó que estaba en la zona de inundación del río Bravo, que no se debió haber rellenado allí y menos construir arriba. ¿Qué es lo que pasaría ahí? Al nosotros rellenar el río, cuando venga un huracán, el río se va a desbordar y va a inundar a la ciudad de Reynosa. O sea, está poniendo en peligro a Reynosa”.
Advirtió que el albergue recibe ayuda de instituciones no gubernamentales y gubernamentales para que se construya todo lo que hay en ese complejo.
“Todo eso que va a construir con una avenida se lo va a llevar el río, entonces, toda la inversión, todo el apoyo que ha recibido va a quedar en nada-exteriorizó el funcionario. Lo peor de todo las vidas humanas que hubiera ahí. Hace poco vino una tormenta aquí, de pronto y cayó un chubasco. Así es la naturaleza, puede venir en unas cuantas horas y se lleva y ellos, ni cuenta”.
Negrete Arroyo enfatizó en que el cambio climático propicia que cada vez tengamos tormentas más intensas y peligrosas.
“Desde 1999 lo hemos exhortado a que se salga de ahí; cada año la CILA hace reuniones con Protección Civil. La CILA es parte de la Unidad de Protección Civil y les pedimos que saquen a la gente que está en zona de alto riesgo”,-recalcó.
Y por ejemplo, las instalaciones de la aduana que se ubican al oriente del puente internacional Reynosa-Hidalgo, se construyeron sobre el bordo de protección, aunque parte de la vialidad de acceso al puente está en el río.
Sin embargo, el funcionario dijo que se trata de superficies pavimentadas que, en todo caso, favorecen el paso de la corriente por ese lugar, por eso su construcción fue aprobada por CILA.
No obstante, reconoció que algunas instalaciones de la Aduana y CAPUFE se ubican también en la zona de inundación y es necesario su desalojo, aunque ahí no hay mayor riesgo porque no es zona habitada.
Colonias como la Ampliación Carmen Serdán y otras ubicadas sobre el cauce también corren gran peligro. Una inundación repentina causaría serios estragos entre la población más vulnerable.
El titular de CILA accedió a presentar material audiovisual a reporteros locales para explicar más a detalle y a nivel técnico por qué es necesario mantener libre el afluente.
Criticó el hecho de que incluso dependencias como la Comisión Federal de Electricidad y la COMAPA acceden a introducir los servicios de energía eléctrica, agua y drenaje en un lugar donde no se cuenta siquiera con permisos de construcción.
La petición de la Comisión Internacional de Límites y Aguas para que se desaloje el albergue “Senda de Vida”, se haga la demolición de las construcciones y se eliminen los rellenos para tornarlo a su estado inicial, tiene como propósito el adecuado manejo del gasto de agua cuando ocurra algún ciclón y sea necesario su desalojo.
Ante un mapa donde se aprecia esquemáticamente la manera en que se controlan las avenidas en el Bajo Río Bravo, Negrete expresó que en caso de un huracán, CILA tiene la capacidad de canalizar el agua excedente de las presas por un sistema de afluentes y canales que la llevan directamente al Golfo de México.
Por ejemplo, a la altura de Camargo, cuando el gasto llega a los 7,080 metros cúbicos por segundo, se enciende la alerta y se procede a poner en marcha el sistema de control de avenidas.
La capacidad máxima de la cuenca, a la altura de Reynosa, es de 6.650 metros cúbicos por segundo.
Gracias a los bordos de contención que hay en el lado americano y el mexicano, se logra canalizar el agua excedente. No obstante, existe un cuello de botella a la altura del puente internacional Reynosa-Hidalgo y eso representa un peligro grande porque la capacidad máxima es de solo 3,680 metros cúbicos por segundo.
Un huracán del tamaño de Behulla o Gilberto, fácilmente rebasarían ese límite.
Para Negrete Arroyo, es importante que la zona de inundación del río Bravo se mantenga libre. La existencia de instalaciones como el albergue “Senda de Vida”, donde más de 600 personas están en peligro de perecer si ocurre una creciente importante del río, es un obstáculo para que las aguas corran libremente.
Tan es así que el relleno de por lo menos una hectárea en ese lugar disminuye la capacidad de conducción del río.
“Fueron camiones de tierra que nada más lo pusieron así, no tiene ningún soporte, ninguna compactación. Entonces, viene la corriente… usted haga un cerrito con arena y el agua se lleva todo… Es lo que va a pasar. Nosotros aquí estamos advirtiéndoles a tiempo, es nuestro deber como institución. Primeramente es el cumplimiento de un Tratado Internacional, Binacional, entre México y los Estados Unidos que prohíbe edificaciones y rellenos del río. Número dos: Le estamos quitando capacidad de conducción al río Bravo. Número tres: EStá en riesgo toda la inversión que se ha hecho hasta el momento y que no se siga haciendo inversión sobre algo que está irregular”,-puntualizó.