EDITORIAL
Reynosa, Tamaulipas. ¡Ya salió el peine! La verdad de lo que ocurrió con la filtración del supuesto financiamiento del narco al ahora Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Fue una jugada maestra de la persona que ha sido su “coco” desde que asumió la silla presidencial, en el 2018: Francisco García Cabeza de Vaca, el ex gobernador de Tamaulipas, actualmente en el exilio, acusado de lavado de dinero, asociación delictuosa y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Dichas acusaciones, de acuerdo con datos que dio a conocer hoy en la “mañanera” el propio López Obrador, están sustentadas en documentos apócrifos que utilizó el ex titular de la Unidad de Investigación Financiera, Santiago Nieto para inculparlo.
Y no es que sea una blanca palomita el jefe del clan Cabeza de Vaca, pero tiene excelentes conexiones en la DEA.
Fue precisamente esa agencia la encargada de filtrar información clasificada al periodista Tim Golden, articulista de Pro Publica y a por lo menos otros dos medios de comunicación norteamericanos.
A la investigación que se realizó en su momento por parte del Gobierno de los Estados Unidos, se le dio carpetazo en el 2012 para evitar roces diplomáticos entre ambos países, pero no significa que los hechos no hayan existido.
Después de una semana de ser noticia nacional e internacional, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador admitió que su Gobierno actuó en contra de Cabeza de Vaca en base a documentos apócrifos, es decir, falsificados.
Resulta revelador el hecho de que, inmediatamente después del escándalo, donde autoridades americanas salieron al quite al manifestar que se trata de un caso cerrado, ahora el mismísimo AMLO se doblega ante su adversario político.
Cabeza de Vaca, quien en su momento soñó con ser Presidente de la República, está exiliado en Estados Unidos, al tener doble nacionalidad. En repetidas ocasiones se autocalificó como perseguido político y, de acuerdo con lo que confesó el Presidente, eso fue cierto.
Recién se registró en su partido en busca de una diputación federal plurinominal, y el PAN se la concedió.
Sin embargo, un notario público de Reynosa manifestó que la carta poder supuestamente otorgada por él fue falsificada, y aunque Cabeza de Vaca asegura que no es cierto, la duda está en el aire porque no se ha demostrado de manera fehaciente cualquiera de las dos afirmaciones.
Si el 2 de junio la cantidad de votos a favor de la coalición que encabeza el PAN es suficiente para llevar a Cabeza de Vaca al Congreso, éste retornará al país con fuero constitucional, empoderado y con ganas de tomar venganza.
Por el momento, el Presidente López Obrador cuenta con 3 meses y 18 días para una disculpa formal, de lo contrario, se hará cómplice del delito de falsificación de documentos, persecución política, difamación, daños morales y los que resulten.