Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. Cada año, entre los meses de septiembre y octubre, ocurre un fenómeno único: La migración de la Mariposa Monarca.
Organismos no gubernamentales, como World Wild Life, emiten comunicados donde piden a las comunidades por donde pasa este lepidóptero, para que respeten sus santuarios y lugares de reposo a lo largo de esta ruta de más de 5 mil kilómetros, desde el norte de Canadá y Estados Unidos, hasta los bosques de Michoacán y el Estado de México.
La Mariposa Monarca (Danaus plexippus) se distingue fácilmente por su intenso color naranja con ramificaciones negras y puntos blancos en sus alas.
Reynosa es el punto fronterizo por donde pasan el grueso de los ejemplares que van a hibernar.
Se puden ver volar por todas partes. En las carreteras, suelen estamparse en los parabrisas de los autos y otros miles de ejemplares son devorados por las aves.
En Nuevo León, el Gobierno Municipal de Santa Catarina recomienda no manejar a más de 60 kilómetros por hora para evitar precisamente la migración de esta especie.