EDITORIAL
Reynosa, Tamaulipas. Como decía Cornelio Reyna: “Me caí de la nube en que andaba, como a veinte mil metros de altura”, Samuel García Sepúlveda, el Gobernador de Nuevo León que soñó con ser Presidente de la República, fue bajado de la contienda para ser candidato de su partido, Movimiento Ciudadano, y después, si el voto lo favorecía, ser Presidente de la República.
Pero el sueño se esfumó. Se desinfló el globo que se había insuflado desde el mundo fatuo de los influencers.
Su esposa Mariana Rodríguez, que suma más de 8 millones de seguidores en las redes sociales, mostró una cara contrita, luego de que el Congreso de Nuevo León obligó a su marido a tomar una decisión, y solo una: O se queda de Gobernador para cumplir los 6 meses que le mandataron los neoleoneses, o se va de candidato, pero ya no regresa.
¡Qué bajón de huevos le dieron!
Durante las últimas semanas, en plena precampaña, se pudo demostrar de distintas maneras que Samuel García era solo un esquirol, una comparsa del Presidente Andrés Manuel López Obrador para restarle votos a la opositora Xóchitl Gálvez.
En la capital de Nuevo León, Monterrey, los últimos dos días fueron trepidantes. Samuel quiso retomar la gubernatura por cinco días y después volver muy orondo a hacer su papel de aspirante a candidato presidencial a modo.
No se lo permitió la mayoría opositora. En acalorada sesión, llegó con un numeroso grupo de porros, quienes lanzaron bombas de humo y violentaron el recinto, mientras que en el exterior, decenas de patrullas de la Guardia Civil, y hasta unidades de las conocidas como “Mamba Negra”, de un grupo especial de la misma corporación, coparon las calles y pretendieron dar un golpe de Estado.
Luis Donaldo Colosio Riojas, quien nunca apoyó la candidatura de Samuel, y él mismo se descartó de la carrera presidencial esta vez, por considerar que sería hacerle el juego al régimen de López obrador, lamentó que las cosas llegaran a tal extremo, donde la Cámara de Senadores estuvo a punto de intervenir para nombrar un gobernador interino, ante la ingobernabilidad en que llevaron a Nuevo León los grupos de choque.
Samuel García, quien prometió gobernar los 6 años que lo mandata la Constitución, que dijo que no buscaría ser candidato a la Presidencia de la República, que condenó a Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” por hacer exactamente lo mismo que él quiso hacer, hoy sufre las consecuencias de su soberbia.
Este sábado, finalmente, reconoció su error y anunció que reasumirá el cargo de Gobernador, en pleno desacato a la resolución emitida por la Suprema Corte que designó gobernador interino a Luis Enrique Orozco.
Comunicó que no hará efectiva la licencia que en su momento solicitó para separarse del cargo a partir de hoy, 2 de diciembre.
“Siendo mi derecho constitucional, no haré efectivo el uso de la licencia para ausentarme para participar en el proceso electoral 2023-2024, ya que he decidido no participar en la contienda electoral para Presidente de la República”,-dijo en sus redes sociales.
El Congreso de Nuevo León emitió un comunicado donde indica que la licencia solicitada por García Sepúlveda sigue vigente y al retomar el cargo lo hace violentando la ley, de tal forma que si regresa, será bajo su responsabilidad.