Por Rodolfo Martínez Galván
La reciente encuesta del periódico Reforma confirmó los datos arrojados por los sondeos de El Financiero y El Universal. AMLO sigue teniendo un respaldo social de un 60%, por un 30% que lo reprueba y el 10% ni lo uno ni lo otro. Lo anterior está incidiendo en las tendencias electorales de 4 de las 6 entidades federativas en donde habrá elecciones el próximo 5 de junio.
Lo cual se infiere porque en Aguas Calientes y Durango califican a López Obrador por abajo del 50%, y en ambos Estados los candidatos del MORENA no encabezan la preferencia electoral.
Mientras que en Hidalgo, Hidalgo, Quintana Roo y Tamaulipas, AMLO posee una aprobación por arriba del 60% lo que está impulsando a los candidatos morenistas.
Por ende, la circunstancia de que AMLO esté
aprobado por #Tamaulipas, explica el por qué Américo Villarreal Anaya aparece en la mayoría de las encuestas en primera posición y en algunas en empate técnico.
Pero aparte de la anterior situación obra en favor de AVA, el haber ganado en la elección de senador en 2018, y que ha desarrollado correctamente su profesión de cardiólogo.
Sin embargo, en la actividad proselitista es evidente van parejos Américo Villarreal y César Verástegui, por lo que falta ver cómo van a operar sus respectivos equipos de campaña en la cooptación de votos desde un día antes de la jornada comicial.
Entretanto, ya es cosa de sociólogos y politólogos explicar por qué aun con malos resultados en rubros como seguridad y salud, AMLO conserva el 60% de aprobación. Estimo que es por su habilidad para empatizar con los grupos populares, lo que significa saber la que molesta u ofende a ese sector.
Y si es fácil empatizar o hasta embaucar, pues ya lo estarán haciendo porque el 2024 no está distante, y la oposición todavía no encuentra un prospecto efervescente para la elección presidencial.