Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas.
Daneli Olivares Segura, estudiante de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), trabaja en un proyecto de investigación que tiene como propuesta colaborar en procesos de saneamiento de suelo contaminado en la laguna La Escondida, ubicada en la zona urbana de Reynosa.
El proyecto denominado “Remoción de elementos potencialmente tóxicos con plantas nativas e invasoras en la recuperación del suelo de la laguna La Escondida en Reynosa, Tamaulipas”, se presentó en el decimoquinto Seminario de Investigación del Posgrado del Instituto de Ecología Aplicada (IEA) de la UAT.
Daneli es estudiante de la Maestría en Aprovechamiento Sostenible de los Recursos Naturales que imparte la UAT, y su tesis, se enfoca en la germinación de semillas de especies nativas e invasoras presentes en el sitio de la laguna.
La tesista comentó que el objetivo es comparar la capacidad de remoción de elementos potencialmente tóxicos entre especies nativas e invasoras de la familia Fabaceae (leguminosas) como medio para la recuperación del suelo de la laguna.
Precisó que se pretende evaluar el índice de germinación de las plantas nativas e invasoras en extracto acuoso del suelo contaminado bajo condiciones in vitro.
Refirió que la laguna fue declarada área natural protegida en 1997, pero que actualmente, debido a que se encuentra en una zona urbana, ha sufrido el deterioro ambiental causado por las descargas de aguas residuales e industriales, por la acumulación de residuos sólidos y por la deforestación.
Su propuesta de investigación para la descontaminación del sitio —añadió— es aprovechar los recursos naturales que existen en la zona mediante la fitorremediación, es decir, la descontaminación utilizando vegetales.
En ese contexto, explicó que plantas como el mezquite dulce, la retama o palo verde, y el guaje o dormilón están identificadas como especies fitorremediadoras de contaminantes de los elementos potencialmente tóxicos que incluso en bajas concentraciones pueden ser dañinos para los organismos, como el arsénico, el plomo o el mercurio, sustancias que se han reportado en la laguna desde 2006.
Dijo que algunas de esas especies se han adaptado a las condiciones de contaminación para alcanzar su desarrollo y llegan a ser resistentes a los elementos potencialmente tóxicos.
Comentó que parte del estudio ha consistido en hacer una colecta de esas especies en la laguna y también el muestreo de suelo; posteriormente se hizo un análisis fisicoquímico en laboratorio.
Detalló que los resultados mostraron que las cantidades de arsénico, cadmio y plomo superan los límites permitidos por la EPA (la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos) y que, a partir de esto, se evaluará si la concentración que se encontró puede generar efectos nocivos en las especies, como sería la inhibición del crecimiento de la raíz o geminación de las semillas.
Concluyó que, en otra etapa del proyecto, se obtuvo la germinación de semillas de esas especies en el laboratorio, con la finalidad de establecer un invernadero para experimentar con esas plantas en la remediación del suelo de la laguna.