Por Joaquín Olea
Cuando el jurado en la Corte de Brooklyn encontró culpable a Genaro García Luna de todos los delitos de que se le acusaba, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recibió una renovante bocanada de oxígeno.
En sus conferencias mañaneras se manifestaba frustrado, irritado porque la prensa norteamericana (y parte de la mexicana) no le daban la importancia que para El este juicio implicaba.
Mirando desde lejos la torre de domino, considero que la siguiente ficha en caer sería la de su odiado enemigo Felipe Calderón Hinojosa.
No fue así.
Incapaz de leer las señales cuando los fiscales decidieron acortar el tiempo del juicio a la mitad y no presentar el “millón de evidencias” que supuestamente tenían de García Luna y permitir que el abogado defensor introdujera una pregunta al Rey Zambada sobre el presunto financiamiento a gente del equipo de AMLO cuando este era jefe de gobierno, no supieron interpretar que Felipe Calderón ya no era importante para la justicia norteamericana. Que la nueva “persona de interés” era el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.
A partir de entonces se desato –ahora si- una intensa campaña mediática con las múltiples acusaciones de congresistas, gobernadores y figuras públicas norteamericanas acusando al presidente mexicano de ser “un facilitador” de las actividades de los carteles del narcotráfico para sus actividades criminales, principalmente la producción, transportación y exportación de fentanilo a la unión americana. Una droga que en US mata alrededor de 70,000 personas anualmente.
Ya éramos muchos y pario la abuela. El pasado viernes 3 de marzo, en Matamoros, Tamaulipas, un comando del grupo criminal que gobierna la zona balaceo, levanto y se llevó a un grupo de 4 visitantes norteamericanos que visitaban la ciudad en busca de ayuda médica. Mediante el rastreo satelital realizado por las agencias gringas la casa de seguridad donde los tenían fue detectada e informados los agentes mexicanos quienes al arribar al lugar encontraron a dos de los norteamericanos muertos, uno herido y la mujer en buenas condiciones físicas.
Las autoridades norteamericanas se han volcado sobre los ineficientes aparatos de seguridad mexicanos y su colusión con los grupos criminales acusando al presidente Andrés Manuel López Obrador de ser el principal “facilitador” de las actividades criminales en México.
Esto apenas empieza. Veremos cuál es el plan B del presidente para capotear el torbellino que ya empieza a formarse en las planicies norteamericanas. Por lo pronto, todo parece indicar que Felipe Calderón ya la libro y que la nueva “persona de interés” para los gringos es Andrés Manuel López Obrador.