Por Pegaso
Leí y analicé la opinión del columnista del periódico El Universal, Mario Maldonado y lo que dice tiene mucho de razón.
Asegura que de entre todos los posibles candidatos de la oposición, Xóchitl Gálvez es a la que más teme López Obrador y la que podría descarrilar su proyecto de la Cuarta Transformación.
Yo mismo, Pegaso, estuve sentado frente a la Gálvez en una ocasión en que vino a Reynosa para promover la candidatura de Imelda San Miguel y puedo decir sin temor a equivocarme que es la versión femenina de López Obrador.
Es mal hablada, lépera, irónica, mordaz, pelada, populachera, simuladora, manipuladora, sabe llegarle a las clases medias y bajas, además de defender la causa de las etnias indígenas.
Mi pronóstico es de que en septiembre, a más tardar octubre de este año, ya sabremos con certeza que la candidata de la alianza MORENA-PT-PVEM será Claudia Sheinbaum y la de la alianza PAN-PRI-PRD será Xóchitl Gálvez.
Duelo de mujeres entronas y singulares.
Pues bien, si mi pronóstico resulta acertado, seguramente tendremos en el 2024 una mujer al frente de la Presidencia de la República, por primera vez en 658 años, desde que Acamapichtli, asumió el trono de Tenochtitlán.
Siendo pues, Xóchitl Gálvez (su nombre significa flor, en náhuatl) la más populista de los conservadores, es la carta natural para enfrentarla a la Sheinbaum.
Su nombre ha estado en los medios masivos de comunicación en los últimos días. La semana pasada se presentó en Palacio Nacional, queriendo entrar a la mañanera del Presidente para hacerle algunas preguntas incómodas, pero no se lo permitieron.
Más recientemente, con Pepe Cárdenas, en una entrevista, declaró que ella sería la única de la oposición que realmente tiene posibilidades de llegar a la Presidencia de la República, y lo declaró en vivo y a todo color: “Yo voy a ser la próxima Presidenta de México”.
¿Pero, quién es esta ñora y qué jabón la patrocina?
Actualmente es Senadora por el Partido Acción Nacional. Es ingeniera, empresaria y política. Nació el 22 de febrero de 1963 en Tepatepec, Hidalgo.
Se caracteriza porque casi siempre anda vestida con huipil y chanclas, al estilo indígena. Incluso cuando va a eventos formales siempre tiene que traer algún elemento autóctono encima de ella.
En la ocasión en que estuvo en la mesa con un grupo de reporteros, a la controvertida política de oposición se le salió decir que al entonces candidato de MORENA a senador de la República, José Ramón Gómez Leal le faltaban “hüevos” para debatir con la candidata panista, Imelda San Miguel.
Ahí mismo, en esa mesa, decía la Gálvez que sería la próxima candidata de su partido a la Jefatura de la Ciudad de México, y hasta nos invitó a ir cuando anduviera en su campaña, bajo la promesa de que no nos desconocería si nos presentásemos en la capirucha.
Fiel a su estilo pelandrusco y dicharachero, cayó bien a los picateclas locales.
Ninguno de nosotros se podía imaginar que a la vuelta de unos cuantos meses se convertiría en el personaje de la oposición más temido por el Presidente López Obrador y sus “corcholatas”.
Considero que parte de ese temor se debe a que Xóchitl Gálvez se identifica muy bien con las clases bajas y medias del país, pero a diferencia de Lilly Téllez, otra de las posibles candidatas de la alianza PAN-PRI-PRD, su actitud refleja sinceridad y espontaneidad.
Por cierto, me dio mucho gusto que después que la oposición dio a conocer la manera en que elegirá a su candidato y se empezaran a manejar nombres de los prospectos, no se mencionó para nada a la fichita esa que anda huyendo en el extranjero, un tal Cabeza de Vaca.
Yo creo que ya ni en su partido lo quieren.
Viene el refrán estilo Pegaso que a la letra dice: “Un punzón extrae a otro punzón”. (Un clavo saca a otro clavo).