Por Pegaso
Ya lo decía yo al inicio de la pandemia: Estamos librando una guerra clónica, pero no contra un ejército de replicantes de algún invasor perverso, sino contra la misma Naturaleza, que se ha rebelado contra los continuos e irresponsables ataques del Ser Humano.
La Subvariante BA2 de la Variante Ómicron del COVID 19, está tomando fuerza en algunos países europeos y pronto la tendremos por acá.
Pero la buena noticia es que se trata de una cepa mucho menos agresiva. Eso sí, igual de contagiosa que Ómicron, pero hasta ahora ni un solo caso ha requerido hospitalización,
Ómicron fue, si nos atenemos a lo que dicen los especialistas en Epidemiología, una bendición, porque siendo mucho menos mortal y agresiva que otras variantes previas, como la original o como la Delta, nos está proveendo de inmunidad de rebaño.
A estas alturas, es deseable enfermar de Ómicron, la cepa dominante en el mundo, porque es como una gripota que se cura a los ocho o diez días, con descanso y un adecuado tratamiento médico.
Luego de eso, nuestro organismo contará con los suficientes anticuerpos para cortar la cadena de infecciones.
Ahora bien, la Subvariante BA2, dicen los especialistas, es más leve que Ómicron y no tengo la menor duda de que en los años próximos seguirán apareciendo otras subsubsubvariantes, cada vez más leves, hasta que el COVID-19 se domestique completamente.
Allá, en el año 2035, los que aún vivan se van a acordar que entre el 2020 y el 2022 hubo una pandemia que prácticamente puso de rodillas a la Humanidad.
Para entonces, ya habremos aprendido un poco más acerca de cómo tratar este tipo de enfermedades contagiosas aunque, conociendo a la raza, lo más probable es que seguirán dándose besos de a lengüita y toda la cosa.
Lo cierto es que la pandemia aún no termina. Los hospitales siguen llenándose, aunque la condición de los pacientes ya no es tan grave, y en pocos casos, sólo en algunos con comorbilidades fuertes, se requiere de intubación.
Pero las muertes ya no son tan frecuentes.
La Secretaría de Salud de Tamaulipas notificó de solo cuatro casos durante la jornada de ayer, lo que contrasta con las decenas y a veces centenas de pacientes muertos que había el primer año.
Para anticipar lo que puede ocurrir, hay que ver las megatendencias.
Haciendo una prospectiva simple, pudiéramos anticipar que paulatinamente irá menguando la emergencia sanitaria mundial y pronto volveremos a nuestra vida casi, casi, normal.
Si a alguno de mis dos o tres lectores le dio Ómicron en esta temporada, ya puede ir preparando el traje de baño, las gafas y las chanclas para ir a asolearse la barriga durante la Semana Santa en la Isla del Padre, Vallarta o Cancún.
Les aconsejo que, dando negativo a la prueba, se apliquen el refuerzo de la vacuna, para obtener así una inmunidad completa frente al COVID-19 y sus variantes.
Viene el refrán estilo Pegaso: “Observas el temporal y no te postras”. (Estás viendo la tempestad y no te hincas).