Por Pegaso
La noticia de la semana no es el bombardeo a alguna ciudad del medio oriente, algún sismo cataclísmico o un incendio apocalíptico.
La noticia más relevante de los últimos días es… ¡el tutupiche de ALMO!
Pe… pe… pero, ¿qué es eso de tutupiche? ¿Con qué se come? ¿Por qué es tan importante para el presente y futuro de la Nación?
Desde hace varios días el Pejidente apareció en “La Mañanera” con un ojito virolo.
Los avispados chayote…, perdón, reporteros que cubren la fuente inmediatamente se dieron cuenta que algo no andaba bien, y empezaron a decir que el Peje del Ejecutivo traía alguna infección en el oclayo por andar viendo cosas que no debía.
Para los que no estén familiarizados con el término, usado principalmente por los habitantes de Estados del sur del país, tutupiche es una inflamación aguda en el margen del párpado del ojo. También se le conoce como orzuelo o perrilla.
El orzuelo se forma cuando las pequeñas glándulas que bordean el párpado se atascan. Suelen estar formados por pus y algunas veces pueden salir en la parte interna del párpado.
En la mayoría de las veces comienzan a desaparecer por sí solos al cabo de unos días.
Para paliar las molestias se puede aplicar un paño caliente sobre el párpado.
El tutupiche de ALMO se convirtió en tema de debate nacional y alguno de los fifís neoliberales se preguntaba por el médico que atiende al cabecita de algodón.
No se trata, en realidad, de algo grave, pero sí se ve medio raro que el Pejidente ande con un farol apagado. Las muchachonas van a creer que el viejón les está haciendo ojitos, pero nada de eso, solo se trata de un simple tutupiche.
Yo les diría a todos aquellos analistas y comentaristas de alto pedorraje que mejor toquen temas de mayor relevancia y dejen en paz la perrilla de ALMO.
Hay algunas supersticiones acerca de los tutupiches, orzuelos o perrillas.
Dicen que salen cuando ves a un perro defecando.
No creo que eso haya sido lo que provocó la infección en el párpado del Pejidente, porque en Palacio Nacional no hay canes callejeros.
Tal vez en una de sus giras por algún barrio pobre, sin embargo, en los últimos meses el cabecita de algodón ha optado por no ir a ese tipo de lugares para evitar que le avienten huevos y manchen su blanca guayabera.
Lo más probable es que en unos cuantos días la inflamación ocular cese por sí sola, sin necesidad de aplicar algún colirio o pomada.
Basta, como recomienda el Vademecum, utilizar un lienzo con agua caliente para quitar las molestias que pueda provocar.
Mientras tanto, seguirán las murmuraciones. Que si el tutupije es una “cortina de humo” para cubrir las 20 reformas constitucionales presentadas por ALMO a la Cámara de Diputados o si es una estratagema política para obtener la simpatía de la mayoría calificada de congresistas y así poder pasar el Plan C a la Cámara Alta.
No me miren a mí. Yo solo estoy teorizando.
Por lo pronto, nos quedamos con el refrán estilo Pegaso que dice así: “Al órgano ocular del patrono embarnece el cuadrúpedo”. (Al ojo del amo engorda el caballo).