Por Pegaso
La noticia del día fue que el Tribunal Federal Electoral dictaminó que los partidos políticos pueden escoger a sus candidatos cuando quieran, en las condiciones que quieran sin violar ninguna ley electoral.
Sí. En teoría tienen todo el derecho del mundo, pero debe ser como las iglesias, en sus recintos oficiales, sin acarreos, panorámicos, guerra sucia, patadas bajo la mesa, simulación y más simulación.
Yo le pregunté al Senador con licencia Rucardo Montreal, “la cuarta corcholata”, por qué, sabiendo que todo eso se trata de una gran simulación porque a final de cuentas el que salga mejor posicionado y sea nombrado “Coordinador Nacional para la Defensa de la Cuarta Transformación”, será el candidato a la Presidencia de la República, no se esperan a las precampañas políticas, como marca la Ley Electoral.
Primero solo había campañas. Pero algunos actores políticos empezaron a presionar para que hubiera un tiempo previo para elegir a sus candidatos y se le llamó precampaña.
¡Ahhhhh! Pero ahora se les hace insuficiente la precampaña y están haciendo ante-precampaña. ¿Qué seguirá al rato? ¿Qué va a impedir a los partidos que elijan a su candidato con dos, tres o más años de anticipación? ¿Y por qué no, si nos adelantamos un poco a lo que seguramente ya están incubando en su cabeza, hacer una especie de escalafón para designar a un número determinado de personas que competirán en las siguientes cinco o diez elecciones?
Lo que están haciendo los partidos, o coaliciones, es una abierta, descarada y ruin simulación.
La verdad es que el ciudadano ya está cansado de tanta campaña política, de ver candidatos hasta en la sopa, de escuchar promesas que no se cumplen, de tener a cada minuto y a cada segundo los estribillos de cada candidato en la televisión, el radio y los demás medios masivos de comunicación.
Sabemos que este período que abrieron los partidos MORENA-PT y Partido Verde, por un lado, y el PAN, PRI y PRD por el otro, tienen el propósito de posicionar los nombres de aquellos aspirantes que más convienen a los intereses de los poderosos.
En el caso del Pejidente ALMO y su Cuarta Transtornación, la favorita sigue siendo Claudia Shikitibum y como Plan B, Adán Algusto Tópez.
Mientras tanto, la oposición ya vio que ni Santiago Treel, ni Gabriel Cuadros, ni Cabeza de Res levantan en las encuestas, pero buscan aprovechar el fenómeno mediático que representa Chóchitl Cálvez.
Montreal, como es un coyote muy lampareado, ya sabía que el Tribunal Electoral iba a fallar a favor de que continúen los eventos públicos y masivos de las corcholatas y demás personajes que andan en busca de ser candidato a la Presidencia de la República.
El TRIFE legitimó las ante-precampañas y el desgaste que conlleva un proceso tan prolongado.
Siempre he dicho a mis dos o tres lectores: No soy vate, arúspice, oraculero, chamán, profeta, vidente, nigromante, pitoniso o cartomaciano, pero creo que el cansar tanto al electorado lo que puede provocar es que no salga a votar el día de la elección, que será en poco menos de un año.
En esos poco más de once meses, los partidos políticos y aspirantes se echarán hasta por debajo de la lengua porque es mucho lo que está en juego.
Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “Quien posee mayor cantidad de fluido salival, ingiere una porción mayor de polvo de maíz adicionado con azúcar y canela”. (El que tiene más saliva traga más pinole).