Por Pegaso
1.- En el nombre de Alá. Yo, Omar al Fajir, criado en la fe musulmana ofrezco a los creyentes el Nuevo Testamento que me fue entregado por Alá, el Compasivo, el Misericordioso.
2.- Yendo camino a la Meca, al atardecer del día antes del Ramadán, me encontré de pronto en un claro de bosque.
3.- Y vi que del cielo bajaba una luz muy brillante.
4.- Y en el interior de una como burbuja había una figura resplandeciente.
5.- La figura y la burbuja descendieron cerca del tronco de un sicomoro y yo caí postrado, porque entendí que era una visión divina.
6.- En el interior de mi cabeza escuché una voz que decía: “Omar, amado hijo. Yo, Alá, quiero que escuchéis y mantengáis en tu memoria lo que te habré de decir”.
7.- Y la figura, que resplandecía toda, desde la cabeza a los pies, prosiguió: “He aquí que os daré un Nuevo Testamento para que vosotros, descendientes de Ismael, podáis mantener una relación mejor con el resto de los pueblos del mundo:
I.- No hagáis la guerra. Preferid el diálogo, la búsqueda de la concordia y la cooperación para que todos juntos podáis progresar en la paz.
II.- Ya no mantengáis a vuestras mujeres sojuzgadas. Dejad que se pongan minifaldas, que usen bikini en la playa, que no tengan que salir acompañadas de su padre o hermanos cuando quieran salir de sus casas. Dejadlas que escojan marido por ellas mismas.
III.- Seréis condenados a un castigo similar si, al seguir el Viejo Testamento, azotáis o lapidáis a vuestra esposa. En este Nuevo Testamento, la mujer será igual que el hombre, con los mismos derechos y obligaciones.
IV.- Queda cancelada la Yihad o guerra santa. Ya no más conflictos con los pueblos que tienen otras creencias y otros dioses. Que cada quien tenga la fe o la convicción que desee sin que nadie pretenda imponerle la suya. Sed libres y gozad de la paz y la concordia, porque el mundo está en grave peligro, y si siguen como van, se los va a cargar el payaso a todos.
8.- Cuando dijo esto, la figura resplandeció aún más, y la burbuja se elevó sobre la copa del sicomoro.
9.- Luego que lo perdí de vista, vi que en el suelo había una como hoja de papel de color blanco con unos caracteres en arábigo que decían:
POSDATA: Debéis llevar estas palabras a todos los confines del mundo, donde se practique la fe musulmana.
10.- El resto del camino iba cabizbajo, pensando cómo podía difundir entre mis hermanos las buenas nuevas.
11.- Al día siguiente llegué a La Meca y fui a buscar a un Imán.
12.- Y le dije al Imán: “He aquí que Alá me ha hablado y me dijo que ya no hagamos la guerra, que busquemos la paz y que dejemos que nuestras mujeres hagan lo que quieran”.
13.- Y el Imán dijo, riéndose de mis palabras: “¡Ja, ja, jaaaa! Pinches aliens. ¡Otra vez haciendo bromas a la gente!”.