Por Pegaso
La semana que está por terminar estuvo muy rara. En el Congreso de Tamaulipas, cuando MORENA estaba por tomar el control de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), actualmente en manos del panista Félix García Aguilar, a algún travieso se le ocurrió llamar al 911 para alertar sobre una amenaza de bomba.
Pero no solo se contentó (o se contentaron) con una, ni con dos amenazas. Hasta ahora van como cinco en distintas dependencias como el propio Congreso, la COEPRIS y la Secretaría de Educación.
Estas finísimas personas están utilizando tácticas de terrorismo. Recordar que El Innombrable siempre se ha jactado de tener cuatachos en la DEA.
Lo que me hace pensar que le han de haber aconsejado una o dos tácticas psicológicas aprendidas en Quantico para mantener a la defensiva a sus opositores y tener mayor libertad de maniobra.
Porque El innombrable quiere ahora ser Senador de la República. Recientemente logró incrustarse como Consejero Nacional de su partido, porque aún tiene una gran influencia sobre alcaldes y gobernadores de su misma filiación política.
¡Imagínense! Durante los seis años que estuvo de gobernador en Tamaulipas hizo muchos favores, y así, cuando un alcalde, gobernador, diputado o senador panista de cualquier parte de la República necesitaba un poco de lanita extra para sus gastos personales, le pedían el favor de meter unas cuantas pipas de guachicol por las fronteras del Estado y así, mantenía una bien aceitada maquinaria de complicidades.
También en días pasados, y tal vez buscando abrirse totalmente a la candidatura a senador, para poder entrar a territorio nacional cuando se le hinchen los tompiates, solicitó un amparo contra una orden de aprehensión que tiene vigente.
Sin embargo, el mismo juez que anteriormente le había favorecido en todo lo que le pedía, carretadas de billetes de por medio, ahora le negó la suspensión provisional, y a la fecha, si pone el dedo gordo del pie en cualquier parte del país, los que antes eran sus perros fieles, los polinegros, ahora convertidos en “robocops” de Américo Villarreal, le caerán como a Juan Charrasqueado.
No sé si se llegue a demostrar que El Innombrable está atrás de las amenazas de bomba. No lo creo tan indejo. Hasta donde se sabe, la Fiscalía General de Justicia del Estado, que aún está en manos del Fiscal Carnal Irving Barrios Mojica, ya tiene identificada a una persona.
Y ahí está el detalle, como decía Cantinflas. En los próximos días veremos si Irving Barrios, gran amigo, casi casi hermano de El Innombrable tuerce las manitas y se alinea con el nuevo Gobierno, o si permanece fiel hasta la muerte con quien le dio de tragar durante seis años.
Las tácticas terroristas, como las ya referidas amenazas de bomba, son empleadas por las agencias de inteligencia norteamericanas para desestabilizar los gobiernos de países con regímenes contrarios al suyo.
Por fortuna, han sido solo eso: amenazas, y no han pasado a mayores.
Los verdaderos terroristas no se andan con cuentos ni avisan cuando van a realizar algún acto criminal.
Ya se vio cómo se las gastan, con los atentados que han sufrido en instalaciones estratégicas en Nueva York, Nueva Jersey y Washington.
Lo que ocurrió esta semana en Tamaulipas fueron solo llamaradas de petate, o como dice el refrán estilo Pegaso: “Cánido que emite sonidos guturales está impedido para agredir”. (Perro que ladra no muerde).