Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Superlocos

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Por Pegaso

¡Juar, juar, juar! El mundo está loco. Superloco.

Resulta que ayer estaba en mi búnker leyendo algunas noticias en plataformas digitales y lo que leí me dejo anonadado, patidifuso y algo apendejado.

Un jovenazo de 14 años admiraba tanto a Wolverine, el superhéroe con esqueleto y garras de adamantium, que un día decidió inyectarse mercurio para hacer realidad su fantasía.

Claro. El mercurio es un metal que a temperatura ambiente es líquido, pero es muy venenoso, así que el brazo donde se inyectó presentaba un aspecto inusual, con grandes llagas e inflamación.

Los médicos batallaron para dar con el origen de tal alteración, pero a final de cuentas, el mozalbete reconoció que quería parecerse al personaje de cine y habíase inoculado la peligrosa sustancia.

Pero esa no fue la primera locura que hizo. Meses atrás intentó convertirse en el Spiderman y se dejó picar por varias arañas venenosas, hasta el punto que fue hospitalizado de emergencia.

Hay muchos casos de individuos que buscan recrear en la vida real lo que solamente es posible en el celuloide o en los cómics: Convertirse en superhéroes de verdad.

Uno construyó una armadura de acero para parecerse a Ironman, otro diseñó una capa de murciélago para volar como Batman y uno más inventó un dispositivo para lanzar telarañas con las manos.

Yo quisiera decirles a todos esos locos que cesen en sus intentos de recrear la fantasía y se centren en el mundo real.

Pero si quieren seguir con su extravío, permítanme hacerles alguna sugerencia:

1.- Para los que admiran a Supermán, podrían construir una nave espacial e irse a otro planeta para ver si allá los rayos solares les otorgan el poder de volar a la velocidad de la luz, de detener balas con el pecho y de lanzar rayos láser por los ojos.

2.- Para convertirse en Flash, será necesario ir a una central eléctrica y agarrar dos cables de alta tensión. Con suerte obtendrán el poder del rayo y podrán desplazarse a super velocidad.

3.- Ahora que, si lo que les atrae es parecerse a Aquaman, váyanse al Océano Pacífico y zambúllanse a varios kilómetros de profundidad. Si pueden respirar, ya chingaron.

4.- Para los que quieren ser como Hulk, no tienen más que subirse a un avión e irse a Ucrania, esperar que los rusos lancen una bombota nuclear y aguardar a que surta efecto.

5.- Para ser como Deadpool, busquen a un soldador que les queme la cara. Luego se ponen una máscara y calzones rojos, agarran una espada samurái y se ponen a ensayar katas hasta lograr la habilidad requerida.

Yo, en mi lejana infancia, quería ser como Kalimán.

Ahora que lo veo en retrospectiva, sé lo mucho que se requiere para tener habilidades super humanas.

Para empezar, no puedo ser hijo de la diosa Kali, y ese es uno de los más grandes impedimentos. Por otro lado, tendría que haberme ido al Tíbet a estudiar con los monjes lamas, hacer mucho ejercicio para verme bien mamao, comprar en el tianguis un turbante con una camisa y mallas blancas, buscar a un chamaco que la haga de Solín y ¡listo! a recorrer el mundo en busca de aventuras.

Viene el refrán estilo Pegasiux: “Determinado demente con su tesis”. (Cada loco con su tema).